El Barcelona de Guardiola suma y sigue. Es insaciable. Agarró el primer título de la temporada (su novena Supercopa de España) tras cuajar una exhibición de fútbol, especialmente en la primera parte, y desarmar a un abatido Sevilla que llegó al Camp Nou con una ventaja de 3-1, pero que acabó goleado (4-0). Nuevamente Messi, cuestionado en el Mundial, volvió a la senda goleadora que le permite el fútbol de su equipo.
El bloque azulgrana brindó una primera parte brillante como si los tres meses sin competir en un encuentro oficial no hubiesen existido. El equipo de Antonio Álvarez, previendo de qué palo iba a ir el partido, dejó a Negredo arriba y fijó a Capel y Navas como ayudas en las bandas para cerrar cualquier intento de desborde de Maxwell y de Alves.
Poco le duró esta propuesta al Sevilla, ya que el Barça sorprendió por un tono físico que no se vio ni por asomo en la ida. Sin Ibrahimovic en el campo, ya que el técnico le volvió a lanzar un mensaje, Bojan era quien debía recibir el caudal de ataque a partir de Messi y Pedrito, imponentes.
Pensando que podía ser un trámite el partido del Camp Nou y a la espera del plato fuerte el martes en el Sánchez Pizjuán contra el Sporting de Braga, el Sevilla jugó con cierta apatía que solo se alteró cuando a los seis minutos Zokora le envió un mensaje a Messi quien, tras la falta, lanzó un potente disparo. Pero Pedro intentó desbordar por primera vez al cuarto de hora, dejó atrás a Fernando Navarra, también a Escudé y su fuerte disparo acabó con el balón contra Konko, que lo introdujo en la meta de Palop. Ni se alteró el Sevilla. Messi hacía minutos que había requerido el protagonismo del balón y en un pase al espacio de Xavi antes de la media hora el argentino se encontró en un mano a mano con Palop al que batió por raso.
El Barcelona ya le había dado la vuelta al marcador. En los planes del Sevilla posiblemente no se había trazado un guión con la contundencia como se estaba ejecutando, ya que el equipo andaluz no veía el balón y el 3-0 estaba a la vuelta de la esquina.
El tercer tanto llegó quizá en la jugada más elaborada del primer tiempo en la que Alves trotó nuevamente la banda, envió al espacio a Messi quien a la media vuelta marcó su segundo tanto (3-0).
En la segunda parte, el dominio siguió en manos del bloque anfitrión hasta que una falta al borde del área pudo haber dado una alegría al Sevilla, aunque Pedro la desbarató saliendo de la barrera. Guardiola puso más madera en el campo al hacer debutar como ‘culé’ al asturiano David Villa y al campeón mundial Iniesta, bajo el estruendo de los casi 70.000 aficionados. Fue precisamente Iniesta quien tuvo en sus botas el cuarto, pero con la zurda envió fuera. Dado el desequilibrio casi incontestable que se estaba dando en el campo, Álvarez hizo un triple cambio en busca de lo imposible.
Con Cigarini, Luis Fabiano y Perotti al Sevilla le funcionó un poco mejor el tono muscular, pero poco. El Barça cerró la noche con un gol de cine en una combinación precisa entre Villa e Iniesta y el remate a gol de Messi (4-0) en su tercera diana de la noche.
