“Estoy sorprendido”. Es lo primero que Atilano Soto, expresidente de Caja Segovia, comentó ayer cuando EL ADELANTADO le llamó para darle la oportunidad de defenderse ante la denuncia presentada por once exconsejeros de Caja Segovia, a causa de operaciones relacionadas con la sociedad Navicoas, participada por la entidad, y realizadas sin el conocimiento del resto del consejo de administración, según los denunciantes. Inmediatamente, Soto añadió que este asunto le parece “un conciliábulo diabólico”.
El pasado jueves, los exconsejeros denunciantes hicieron público que habían remitido un informe a la Fiscalía de Segovia porque consideran que Manuel Agudíez, exvicepresidente de Caja Segovia) y Óscar Javier Varas de la Fuente (exjefe de Riesgos de la entidad), con el visto bueno de Atilano Soto, pueden ser responsables de la descapitalización de la Caja debido el pago de una deuda tributaria.
Soto aclaró que no puede en este momento comentar cómo se generó la deuda que supuso hipotecar el Torreón de Lozoya y se reservó un análisis más pormenorizado para cuando tenga acceso a la denuncia “línea por línea y letra por letra”. “Una primera lectura que hago al momento es que, por lo que he leído (en la prensa), la denuncia me parece fuera de lugar”, añadió.
Además de mostrarse extrañado por el hecho de que el informe lo hayan firmado once exconsejeros —al parecer, no le salen las cuentas— también lo está porque después de cinco meses haya salido a relucir el acta de una reunión del consejo del mes de julio. “Un acta muy manoseada, creo yo ahora”, comentó.
En el amplio informe enviado a la Fiscalía por los exconsejeros denunciantes, y que ésta ha remitido al juzgado, manifestan que han sido “manipulados”, ya que los acuerdos del consejo, en relación con Naviocas, no se ajustan a los recogidos en las actas y afirman que “jamás se rindió cuentas al consejo de la gestión de la misma”, de la que eran administradores Agudíez y Varas.
