La natalidad bajó en la provincia de Segovia el año pasado por tercer ejercicio consecutivo en una tendencia que se mantiene a la baja desde hace varias décadas.
Tras recuperarse el número de partos hace un lustro, especialmente por la llegada de población inmigrante, las cifras han vuelto a la senda descendente.
La regresión ha sido común en todas las provincias de la Comunidad, aunque la caída en la provincia de Segovia ha resultado más acusada que en la media regional. La natalidad descendió el pasado año un 3,36 por ciento respecto a 2010 en toda la Comunidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En Segovia se registraron 1.380 nacimientos en 2011, frente a los 1.446 del año anterior, lo que supone un 4,5 por ciento menos. Del total de alumbramientos, registraron 753 tuvieron como resultado varón y 693 fueron niñas. La mayoría masculina ligeramente superior es una diferencia que se mantiene invariable desde hace siglos y es general en todas las sociedades.
Otro de los aspectos que está cambiando entre los valores demográficos provinciales se refiere a la situación civil de la madre. Cada vez son más los partos que se produjeron fuera del matrimonio, de modo que el año pasado nacieron 768 bebés siendo la madre casada y 678 de madre soltera (47%).
Diferencias municipales
Pero uno de los grandes efectos sociales y económicos de los nacimientos está relacionado con el lugar de residencia de los padres. Casi un millar de los nacimientos, 975 concretamente (68%), fueron de madre residente en la provincia, y 471 (32%), de la capital. Pero casi todos los primeros se concentran en pueblos del área metropolitana de Segovia. Esta situación condiciona las necesidades de infraestructuras educativas y de atención para los próximos años.
Además hace que las pirámides demográficas resulten muy diferentes según los municipios de que se trate. En la mayoría de los casos —incluida la capital— apenas existe relevo generacional y el perfil de la sociedad hace que la base sea mucho más estrecha que el resto de grupos de edad. Sólo localidades residenciales cuentan con más proporción de niños. Los gráficos correspondientes a municipios como San Cristóbal de Segovia o La Lastrilla —en la página siguiente— reflejan la desequilibrada situación.
Los nacimientos descendieron el pasado año en todas las provincias de Castilla y León respecto a 2010. En Ávila se ha pasado de 1.450 a 1.400 nacimientos; en Burgos, de 3.290 a 3.158; en León, de 3.371 a 3.303; en Palencia, de 1.208 a 1.172 alumbramientos; en Salamanca, de 2.679 a 2.546; en Soria, de 722 a 698 nacimientos; en Valladolid, de 4.856 a 4.722 y en Zamora, de 1.089 a 1.054 alumbramientos.
Por otro lado, el índice de fertilidad (número de hijos por mujer en edad fértil) también se redujo el pasado año en ocho de las nueve provincias castellanas y leonesas respecto a 2010 y así en Ávila la media ha pasado de 1,33 a 1,32 hijos; en Burgos, de 1,32 a 1,31; en Palencia; de 1,07 a 1,05; en Salamanca, de 1,13 a 1,10; en Segovia, de 1,32 a 1,29; en Soria, de 1,22 a 1,21; en Valladolid, de 1,21 a 1,20 y en Zamora, de 0,91 a 0,90. En León se ha mantenido estable en 1,04 hijos. La edad media para ser madres en Ávila es de 30,9 años; en Burgos, 31,5 años; en León, 31,5 años; en Palencia, 32,04 años; en Salamanca, 31,62 años; en Segovia, 31,21 años; en Soria, 31,53; en Valladolid, 31,8 y en Zamora, 31,5 años.
