La Consejería de Agricultura y Ganadería desveló por fin este miércoles el origen del contagio que se produjo en la explotación avícola de Fuenterrebollo el pasado mes de enero.
Ante los medios de comunicación el director general de Producción Agropecuaria, Agustín Álvarez, dijo que el problema se inició con defecaciones que hicieron algunas aves silvestres contagiadas en las instalaciones de la nave de pavos. Al entrar estas aves en el pajar, que tiene una zona abierta, podrían haber depositado sus excrementos y esa paja se utilizó luego como cama para los pavos, lo que supuso el contagio masivo de las aves domésticas.
«Los pajares suelen tener una parte abierta y si entran ahí las aves y dejan sus excrementos, se produce el contagio»
Por este motivo, el director general insistió en la necesidad de extremar las medidas de bioseguridad que se precisan a los productores. «Hay que evitar que haya contactos entre las aves silvestres y las domésticas, mediante el cierre total de las granjas, la limpieza del material, y cuidar en todos los aspectos el acceso al interior«, dijo. «Los pajares suelen tener una parte abierta y si entran ahí las aves y dejan sus excrementos, se produce el contagio», alertó. «Hay que cuidar las medidas de bioseguridad de forma estricta, tanto las físicas de las instalaciones, como las de los trabajadores, las visitas, etc.».
La granja de pavos de Fuenterrebollo ya se ha desinfectado y el brote se dará por extinguido el 1 de marzo, cuando podrá funcionar con normalidad, añadió. «Se ha actuado de forma correcta y permitirá volver a la normalidad si no hay nuevos brotes», insistió el director general.
