El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) ha confirmado una sentencia que condenó a dos años de prisión a un hombre que, con 55 años, abusó sexualmente de dos chicas de 16 en Segovia en 2018, al considerarle culpable de un delito de corrupción de menores.
En la resolución, la Sala de lo Civil y Penal de este tribunal rechaza un recurso de apelación presentado por el condenado, al que considera responsable además de dos delitos de abuso sexual, por los que tendrá que pagar, en cada caso, 15 euros al día durante 18 meses, en concepto de multa. La condena también incluye el pago de una indemnización de 1.000 euros a cada una de las víctimas y una orden de alejamiento de al menos 200 metros de las mismas durante cinco años.
En junio del año pasado la Audiencia de Segovia en una sentencia dio por probado que en 2018 el condenado, de 55 años en ese momento, mantuvo encuentros en su coche en Segovia en los que entregó dinero a tres menores, dos de 16 años y una de 13, a cambio de realizarles tocamientos de carácter sexual.
Todo comenzó cuando la menor de todas contactó vía Facebook con el hombre, al que conocía porque había tenido relaciones sexuales con su madre a cambio de una contraprestación económica, con la finalidad de pedirle dinero.
El tribunal consideró probado que el varón mantuvo encuentros en su coche de forma frecuente con la niña de 13 años, a la que le realizaba tocamientos, le hacía fotografías y, durante meses, recibió las fotos y vídeos de contenido pornográfico que esta le enviaba, todo ello a cambio de cantidades que oscilaban entre los 30 y los 90 euros.
Sin embargo, no consideró probada la existencia de un delito de abuso sexual respecto a esta menor porque no se demostró que el acusado supiese o pudiese sospechar la edad de la chica, quien lo ocultó y aparentaba una edad mayor. La sala también tuvo en cuenta que en su perfil de Facebook ella decía ser mayor de edad y fue quien inició el contacto.
Por aquellas fechas, a uno de estos encuentros, ella acudió con dos amigas, de 16 años, a las que les había dicho que podían sacar dinero fácil al acusado. El condenado realizó comentarios de carácter sexual, les ofreció prácticas de esta naturaleza, pidió que le mandaran fotos y vídeos y realizó tocamientos para finalmente entregarles dinero, una dinámica que se repitió al menos una vez más. La Audiencia segoviana sí consideró probado en ambos casos los delitos de abusos sexuales y corrupción de menores.
