Las miserias del fútbol hicieron que un partido que tenía controlado la Gimnástica Segoviana se le escapara en los 45 minutos de la segunda parte. El balón parado fue la cruz de los de Manu González, como lo había sido la pasada semana ante el Unión Adarve. Perdonaron, además, cuando podían haber apuntillado el partido y lo terminaron pagando.
A pesar del mal comienzo del encuentro para los segovianos, quienes al segundo minuto de partido ya tenían que mover el banquillo por la lesión de Szymanowski, fueron los visitantes quienes empezaron llevando la manija del partido aunque, poco a poco, el Navalcarnero recuperó el dominio del cuero y buscó crear peligro sobre la portería de Carmona a balón parado, con varios saques de esquina sin mayores consecuencias.
El primer ‘uy’ para los de La Albuera lo puso una jugada que nacía de las botas de Adrián, quien apuró la línea de fondo sirviendo a placer para rematar a Nanclares. Pero no contaba el ariete de la Gimnástica con la acertada intervención de Aitor González, que repelió providencialmente el que pudo significar la ventaja gimnástica.
Nanclares pone justicia
La Segoviana fue ganando metros y obtuvo la recompensa con el gran gol que marcó Nanclares en el minuto 21. El delantero recibió el esférico en el perfil derecho del área rival y, casi sin ángulo, cruzó con gran potencia el balón lejos del alcance de Aitor González, que pudo hacer.
El tanto dio autoridad y confianza a los de Manu González, que se hicieron dueños del juego en los siguientes minutos a costa de un noqueado rival que buscaba, en balones largos, neutralizar la ventaja foránea.
En el minuto 32 llegó un nuevo intento para los segovianos, con una falta botada desde el centro del campo por Conde que Mansour, con la testa, envió fuera. El primer intento de auténtico peligro para los navalcarnereños llegó a diez para el descanso cuando, en una jugada similar a la del tanto segoviano, Marcos Mendes cruzó en exceso sobre la portería de Carmona. Respondieron los visitantes con un balón colgado al área que le cayó a los pies de Nanclares, quien de nuevo se topó con Aitor González en los mejores momentos de una Segoviana que, a renglón seguido, lo intentó con una internada de Rahim que acabó con el balón despejado a saque de esquina por el local David Uña.
Condena a balón parado
Tras la reanudación, arrancó bien el Navalcarnero, volcándose en conseguir la igualada en los primeros minutos, aunque sería obra de Borrego la primera opción de peligro con un esférico que, previo rebote en un jugador local, atrapó el portero local. Poco más tarde Rahim envió su remate en la frontal por encima de la meta madrileña.
En el minuto 57 llegaba la igualada del Navalcarnero. Una falta lateral fue botada por Dani Hernández al área, de donde emergió Miki Muñoz para, con la cabeza, alojar el cuero dentro de la portería segoviana.
La Gimnástica Segoviana protestó una jugada muy polémica, cuando Fran Pérez trabó a Nogueira dentro del área. Alcalá Rey, muy cerca de la jugada, ordenó que el juego continuara.
Pero el 1-1 dio alas a los locales y dejó aturdidos a los segovianos, que protestaron otra caída en el área de Cidoncha y Adrián Pérez, y que al final acabó encajando el 2-1 tras un balón rechazado que Lorenzo envió al fondo de las mallas de lanzamiento raso. Y por si no era poco, dos minutos más tarde, Rahim veía la segunda cartulina amarilla dejando a los segovianos en inferioridad numérica.
En unos últimos minutos para olvidar, el Navalcarnero hizo el tercero en el minuto 80, gracias a una contra desde el centro del campo emprendida por Marcos Mendes, quien sirvió en bandeja para la llegada de Fran Pérez, que batió a placer a Carmona.
Las esperanzas gimnásticas renacerían en el minuto 82 cuando un mal despeja de Aitor permitía a Borrego, tras varios rechaces locales, alojar el esférico dentro de la portería madrileña. Pero cuando más cerca parecía el empate a tres, en una jugada a la contra, un pase filtrado de Expósito a Aitor Núñez permitió a este recortar a Carmona y rematar a placer, haciendo el cuarto tanto de la tranquilidad, ya en el descuento, matando definitivamente el partido y dejando a la Segoviana con la sensación de haber hecho una primera parte de mucho mérito, pero una segunda en la que sus errores le acabaron condenando.
