La vigilancia de los flujos migratorios dentro del espacio sin fronteras Schengen seguirá hoy concentrando gran parte de la discusión sobre seguridad e interior de los Estados miembros, cuyos ministros de Interior se reúnen en Ámsterdam con el objetivo añadido de mostrar las primeras opiniones sobre la propuesta de Bruselas de crear un cuerpo europeo de fronteras en este caso.
Se tratará de un primer debate, en el marco de una reunión informal, para conocer las posiciones de partida de cada Estado miembro e identificar sus principales reservas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en su cumbre del pasado diciembre, se comprometieron a adoptar una posición al respecto antes de que acabe junio. La Comisión Europea planteó el pasado diciembre la necesidad de crear un cuerpo europeo para vigilar la frontera terrestre y marítima de la Unión Europea, capaz de movilizar de manera urgente a hasta 1.500 agentes y encargada de supervisar las puertas de entrada al territorio comunitario, incluso con ‘test de estrés’ para identificar los riesgos.
Sin embargo, uno de los aspectos que más recelo despertó entre los gobiernos europeos, por afectar a su soberanía, era la idea de que este cuerpo pudiera ser desplegado en un Estado miembro en situaciones extremas, incluso cuando éste no lo hubiera solicitado. Así las cosas, la presidencia europea, que este semestre ocupa Países Bajos, interrogará a los ministros sobre la disposición de sus gobiernos a la “responsabilidad compartida” en la gestión del cuerpo fronterizo y en la contribución con efectivos y medios que plantearía su puesta en marcha. Grecia, principal puerta de entrada de los miles de refugiados que tratan de llegar a la UE y con grandes problemas para registrar y controlar su paso, es, junto a España, los países que más claramente se han opuesto en los debates preparatorios al planteamiento de compartir la responsabilidad comunitaria.
La vigilancia de las fronteras exteriores no será la única clave que los ministros de Interior discutirán hoy de cara a controlar el tránsito en la UE de los llamados ‘combatientes extranjeros’, ciudadanos europeos que viajan a Siria o Irak para ser formados por yihadistas y regresan a Europa con el objetivo de atentar.
Además, los ministros deberán explorar las posibilidades que permite Schengen para mantener el control dentro de la Unión Europea, ahora que hasta siete de los 26 Estados miembros de este espacio de libre circulación han reintroducido controles sistemáticos. Alemania, Austria, Suecia, Francia, Malta, Dinamarca y Noruega cuentan con algún tipo de control reforzado.
