Pongan el calendario en ‘modo’ mediado del año 1892. En esa fecha se tenía la certeza ‘casi oficial’ de que uno de los regimientos de artillería de nueva creación se organizaría en Segovia. Se ubicó en Zaragoza. Con anterioridad se afirmó, desde el local de Plaza Mayor 1, que se instalaría en la ciudad la Escuela de aspirantes a Cabo, creada esta a propuesta del general José Chinchilla. El Centro había sido concedido a Segovia por Real Orden de 19/10/1889. Tampoco.
Otras gestiones, terceras, hubo pidiendo ubicar en la ciudad una Sección del Colegio de Huérfanos. ¡Que no! Dado que la Escuela Automovilista (Antecedente Base Mixta), había sido trasladada a Madrid (1), hartos de ser ninguneados en defensa de los intereses de la ciudad, y alegando motivos de salud (pues la ley no permitía otra forma) cesaron en su actividad 13 de los 19 concejales (2).
El alcalde, Mariano Llovet (3), les llamó al orden y pidió que depusieran en su actitud. No lo hicieron y justificaron sus motivos: «Por habernos vistos defraudados una vez más en nuestros deseos de dotar a Segovia de algún recurso que siempre se quedan en promesas y mentiras».
Los seis que no dimitieron eran del otro bando, el del conformista
Tres días después, ya recuperados de ‘sus dolencias’, regresaron a sus puestos. Los seis que no dimitieron eran del otro bando, el del conformista, donde se encontraban bien de salud y no veían, de tan ‘a gustito’ que estaban, las necesidades de ciudadanos y de la ciudad. Ahora… ahora sería impensable aquella actitud. Unos por el sueldo; las/los otros, por cuestión de partido: Porque «si te vas, no vuelves. Piénsalo».
Apunte final de la historia. El mismo día de la ‘dimisión’ llegaron al Real Sitio seis compañías del Regimiento de Zaragoza, para cubrir la presencia Real en La Granja.
¡Y a otra cosa, mariposa!
El lío de la reliquia
Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio, se desplazaron al monasterio de El Parral el 24 de febrero de 1724. El propósito de su viaje era el de ganar el jubileo de San Matías fecha en la que, según el refranero, se igualan las noches con los días. Más, hete aquí que la festividad del referido santo, según lo expresa el Santoral Romano, es el 21 de diciembre, pero… en esa fecha, navidades de por medio y ‘compromisos contraídos’ (4), no pudieron viajar. Mas, y dado que eran lo que representaban, el jubileo se lo dieron por bueno. Lo que vale es la intención. O así.
Por no guardarme nada en el ‘tintero’, pues me siento así como mal si no lo casco, expongo: Hete aquí que la pareja real había pedido a la comunidad jerónima, cuyo prior era Francisco de Herrera, que, además de ganar el jubileo venerar la reliquia de Santo Tomás. Pero… tal reliquia no se encontraba en El Parral. Que no. Sus guardadores /propietarios eran sus vecinos, los dominicos de Santa Cruz la Real. Y se la pidieron. Y estos, ¿molestos porque el Rey no les visitaba a ellos?, dijeron que no. Y se armó.
En el pleito entraron ‘a saco’ los procuradores por Segovia. Ante la postura, negacionista, de los dominicos tomaron salomónica decisión: «puesto que lo que se pide es querido por los reyes, y solo por ello, la reliquia estará en El Parral a su llegada». Los dominicos, obligado te veas, cedieron de aquella manera y los reyes pudieron venerar una reliquia que ¿nunca lo supieron? era ‘prestada’.
La misma regresó acompañada por un fraile jerónimo y cuatro compañeros más con hachas encendidas en los extremos. El recibimiento en Santa Cruz fue espectacular. Los dominicos salieron a recibir al cortejo hasta las gradas de su cementerio, con cruz, capa, ciriales e incensario.
¡Señor, señor!
(1) ‘Un nuevo ultraje para la ciudad’. El Reformista, 30.12.1890.
(2) Gaspar Cabrero, Anselmo Carretero (teniente alcalde), Pedro de Frutos, Mariano Galicia, Mateo García Matabuena, José Giménez, Artero Hernández, Federico Larios, Doroteo Lotero, Eulogio Martín Higuera (síndico), José Ramón Santiago (teniente alcalde), Félix Santiuste y Venancio San Álvaro.
(3) Era alcalde por designación real.
(4) Una mínima aclaración. Cuando el real matrimonio llegó a Segovia en la referida fecha, no eran ya reyes de España. Habían renunciado a la Corona en favor de su hijo Luis I, el 16 de enero de 1724, situación que acabó por el prematuro fallecimiento de este, el 5 de noviembre del citado año.
