La huelga en Portugal arrancó hoy con numerosos paros en el sector de los transportes, especialmente en el tránsito aéreo, con la cancelación de casi el cien por cien de las llegadas y salidas previstas en sus principales aeropuertos.
Una de las compañías más afectadas es Iberia, que se ha visto obligada a cancelar todos sus vuelos entre Madrid y Lisboa, que suman 12 conexiones, seis vuelos de salida y seis de llegada.
Por su parte, EasyJet ha anulado tres vuelos entre Madrid-Barajas y Lisboa y un enlace entre Barcelona-El Prat y la capital lusa, mientras que Ryanair ha anulado ocho salidas desde España a Oporto.
Los dos sindicatos mayoritarios en Portugal y convocantes de este paro, CGTP -de orientación comunista- y UGT -socialista-, ya señalaron durante las primeras horas de huelga que se están «sobrepasando» sus expectativas de participación.
El metro de Lisboa cerró hoy todas sus estaciones y no prevé que haya circulación en toda la jornada debido a la huelga, mientras que en Oporto la situación era similar, con el 90 por ciento de los conductores en paro.
También se perciben las consecuencias de la huelga en el transporte ferroviario, y entre las doce la noche y las seis de la madrugada se suprimió el 77 por ciento de las conexiones.
En cuanto a los autobuses urbanos, sólo el 30 por ciento de los vehículos (141 de los 481 programados) salió a las 08.00 horas hacia su destino en Lisboa, informó la empresa encargada del servicio, Carris.
Grandes fábricas como la planta de Volkswagen en Autoeuropa, que ocupa a cerca de 9.000 empleados, o los astilleros navales de Viana do Castelo, los más importantes del país, paralizaron hoy totalmente su actividad, mientras que la huelga también se nota a estas horas en algunos hospitales y en los servicios de recogida de basura en diferentes puntos del país.
El secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, contestó a quienes critican a los sindicatos por convocar un paro general en una situación tan difícil para la economía lusa y subrayó que las huelgas «siempre llegan en un mal momento, pero sobre todo para los trabajadores, que pierden un día de salario».
La primera polémica de esta jornada de huelga se registró en un paro organizado por los trabajadores de Correos lusos (CTT) en la estación de metro de Cabo Ruivo, en Lisboa, donde la policía dispersó a los manifestantes con gas pimienta, según denunciaron los sindicatos.