La empresa Molduras Samboal mantiene actualmente concurso de acreedores ante la negativa situación económica que atraviesa y que la llevado a despedir a toda la plantilla que conformaban 42 trabajadores en el año 2008.
Una situación que los empleados manifiestan irregular en su proceso porque “la incidencia de la crisis no ha sido tan determinante para que Molduras Samboal S.L. haya llegado a cerrar, evidentemente en la documentación oficial los números son malos incluso dando pérdidas…pero eso es en lo oficial”, señalan tras apuntar que el declive de la empresa se inicio a raíz del nombramiento de Oscar Gómez como administrador único y los problemas personales entre los familiares que tienen parte en la empresa.
Los empleados hablan de una situación de cierre e impagos de salarios que no terminan de aceptar y menos de entender cuando en su opinión “ Se declara el concurso voluntario por parte de la dirección de la empresa el dia 17 de abril, hasta ese día se han estado echando horas extras y turnos en algunas de las secciones de trabajo lo cual hace mas difícil de entender la precariedad económica de la empresa, durante todos estos años de atrás se ha vendido producto”. explican.
La preocupación de los trabajadores se inició a raíz del año 2009 con los primeros despidos y el impago de los atrasos de todo ese año. Temor que se convierte en malestar cuando los años siguientes a ello se suma el dejar de percibir el incremento salarial del convenio y la paga extra del verano. “En estos años se engaña a los trabajadores diciendo que esto es pasajero que esas cantidades se pagarán y se pide que se confíe en la empresa la cual jamás bajo el mando de los anteriores administradores ha dejado a deber cantidad alguna” puntualizan en las declaraciones efectuadas.
Además, el problema se complica al despedir ”indiscriminadamente y como castigo” a cinco trabajadores que reivindican las cantidades adeudadas. Son despidos que continúan hasta quedar la plantilla en 26 trabajadores antes de declarse el concurso de acreedores. Situación que llega al límite a primeros de agosto de este año al ser requeridos los trabajadores para firmar el finiquito y el certificado de empresa para cobrar el desempleo. Finiquito que no llegan a firmar porque la empresa se niega a pagarlo al igual que la indemnización por despedido. Aptitud que lleva a los trabajadores a manifestar públicamentemente sus revindicaciones en dos ocasiones, una durante las fiestas del pueblo y otra ante las puertas de la empresa recientemente, en ambas dejan claro que tan solo quieren que con los bienes que quedan en la empresa se les haga efectivo el pago de su despido, entre esos bienes “han quedado fabricados y listos para salir unos 800.000 metros de moldura, que puestos en el mercado, aunque sea a un precio barato, da de sobra para pagar a los trabajadores” . señalan.