Se hizo público, pocos días antes de finalizar el pasado año, que la Junta de Castilla y León tenía abierto un mes de información pública para la presentación de posibles alegaciones a la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Zona Arqueológica, de la cueva de los Enebralejos, situada en los alrededores de la localidad de Prádena, lugar éste muy prolífico en la existencia de cuevas; aunque, por el momento, la de mayor importancia arqueológica es ésta denominada de ‘Los Enebralejos’.
En relación con este tema, y como hecho anecdótico, y que sirva de recordatorio, el día 31 de marzo de 1932 publicaba este diario una información, en su primera página, con el título ‘En Prádena ha sido descubierta una gruta en la que abundan soberbias estalactitas y estalagmitas’. Las noticias, según se escribía, las había facilitado al periódico su corresponsal en la mencionada localidad, el maestro nacional don Eleuterio Merino, en las que se decía que “con objeto de encontrar una corriente de agua», varios obreros procedían a hacer una excavación en una finca propiedad del vecino don Ezequiel Martín, y “cuando la excavación alcanzaba ya unos diez metros de profundidad, y al intentar dar un nuevo barreno, los obreros se sorprendieron al advertir que aquél, vencida una pequeña resistencia, no encontraba fondo alguno; con las precauciones consiguientes, fueron desmontando el terreno hasta descubrir una gruta cuyas dimensiones no pudieron determinar los obreros, aunque observaron la existencia de estalactitas y estalagmitas en abundancia”. Continuaba la información añadiendo que dos vecinos habían entrado en la cueva y que sin aparecer durante cinco horas, tuvieron que entrar otros a buscarlos, encontrándolos bien pero perdidos en un laberinto de pasillos.
Ante la noticia, en la redacción se avivó el deseo de conocer detalles de cerca, e inmediatamente prepararon una visita a la cueva, por lo que en el número del viernes 1 de abril, bajo el antetítulo ‘Reportajes de El Adelantado’, ocupando gran parte de las dos primeras páginas, se insertaba una información muy detallada que firmaba el entonces redactor jefe del periódico, Eliseo de Pablo Barbado. Con él formaron parte de la excursión el geólogo y paleólogo Julio Brouta, miembro de la Sociedad de Antropología y Etnografía; el escritor y presidente del Ateneo Segoviano Alberto Camba y el gerente de ‘El Adelantado’ Luis Cano Lozano.
Al paso de los años no faltaron noticias sobre la cueva, incluso se descubrió el comienzo de otra años después en unos trabajos para la instalación de una gasolinera.
Entre los años 1979 y 1983 fue alcalde de Prádena, por la UCD, Julio Moreno Martín, hombre inquieto y muy defensor de su pueblo y de dos grandes valores existentes en el mismo, la cueva de Los Enebralejos y el gran acebal, de unas 200 Has. considerado como el mejor del Sistema Central, por cuya conservación se desvivía. Visitaba nuestra redacción cada vez que venía a la capital y nos contaba novedades de ambas joyas. Y un buen día nos invitó a visitar la caverna.
Fuimos unos cuantos compañeros de la redacción, y no recuerdo quienes, aunque el amigo Aurelio Martín quizá conserve en su archivo las fotografías, entonces en blanco y negro, que nos hizo en el interior. Un interior al que había que entrar con linternas y por el que se podía caminar solo por algunos espacios más libres, pues aún no se había iniciado ningún trabajo de restauración y conservación, cosa que poco después felizmente se inició. Ya entonces, en esta segunda visita de ‘personal’ del periódico, muchos años después de que lo hicieran nuestros predecesores del diario, pudimos disfrutar con la contemplación de maravillosas estalactitas y estalagmitas, que, por supuesto, años después, dotada ya la cueva de adecuada iluminación, pueden seguir disfrutando también cuantos tienen el buen capricho de conocerla. Hoy se extreman los cuidados para la mejor conservación de la cueva y se precisa adecuados requisitos para poder visitarla.
Esperemos y confiemos, pues, que llegue pronto la declaración de BIC, que sin duda valdrá para incrementar el interés de acudir a Prádena a visitar la caverna, conocer el acebal…y, por supuesto, disfrutar también de la sabrosa caldereta ‘heredera’ de los antiguos pastores.
