El Papa Francisco recordó ayer a través de su cuenta de Twitter que los divorciados que se han vuelto a casar no están excomulgados, es decir, que forman parte de la Iglesia. “Las personas divorciadas que viven en nueva unión son parte de la Iglesia, no están excomulgadas”, precisó el pontífice en un tuit que se suma a otros 17 mensajes publicados en la red de microblogging desde que el pasado viernes saliera a la luz su exhortación sobre la familia ‘Amoris Laetitia’. En este documento, el Papa pide a las iglesias que realicen un discernimiento especial en algunas situaciones “irregulares” —divorciados vueltos a casar, matrimonios civiles, parejas que conviven antes de pasar por el altar— porque “no todos están en pecado mortal”.
En un capítulo dedicado a las situaciones “imperfectas”, el Papa señala, basándose en las conclusiones de los Padres Sinodales, tres situaciones “irregulares”. De este modo, enumera a las personas que han contraído matrimonio civil, que son divorciados y vueltos a casar, o que simplemente conviven. A continuación, señala que no todos ellos se encuentran necesariamente en “pecado mortal”, entendido como tal el que tiene como objeto una materia grave, precisada en los Diez Mandamientos, como es la de “cometer actos impuros”.
“La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada irregular viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante”, subraya en el texto, estructurado en nueve capítulos y 325 puntos.
Según precisa, el desconocimiento de la norma, la dificultad para comprender los valores inherentes a la misma o “condiciones concretas que no permiten obrar de manera diferente y tomar otras decisiones sin una nueva culpa” son algunas de estas circunstancias que, a su juicio, se deben tener en cuenta a la hora de valorar la participación de las personas que viven en una situación irregular en el seno de la Iglesia.
Entre los atenuantes, pone el ejemplo de una persona divorciada que se ha vuelto a unir con otra con la que mantiene una relación “consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad y compromiso cristiano” frente a aquella que ha provocado sufrimiento y confusión a los hijos o que ha fallado a sus compromisos familiares. “Debe quedar claro que este no es el ideal que el Evangelio propone para el matrimonio y la familia”, subraya.
Por otra parte, el pontífice lamentó que, en el pasado, la Iglesia condenara a inocentes “porque no se ajustaron —según los jueces— a la Palabra de Dios”, como ocurrió en las cacerías de brujas, y criticó a los sacerdotes que hoy tienen un “corazón cerrado” y se agarran a la “letra” de la ley. “La historia nos habla de mucha gente que fue asesinada, juzgada, aun siendo inocente, juzgada con la Palabra de Dios, contra la Palabra de Dios. Pensemos a la cacería de las brujas, o a santa Juana de Arco, y todos aquellos que fueron quemados, condenados porque no se ajustaron según los jueces, a la Palabra de Dios”, sentenció Francisco durante la misa que celebró en la residencia de Santa Marta.
Finalmente, durante la homilía, el Papa arremetió contra los ‘doctores de la ley’ actuales, que juzgan a los demás usando la Palabra de Dios y que cierran su corazón a la profecía.
