Un estudio elaborado por la Federación Española de Mujeres Rurales (Femur) sobre la repercusión del coronavirus en las mujeres rurales pone de manifiesto que mostraron una incidencia y afectación menor del Covid-19 sobre su salud y entorno cercano. Además, las encuestadas presentaban mejor estabilidad emocional y menores niveles de sintomatología depresiva. Los resultados de este estudio pionero fueron presentados ayer en una rueda de prensa, en la que participaron: la presidenta de Femur, Juana Borrego; la secretaria general de Femur, Elena García; el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, Graciliano Estrada, y el director del Instituto Clínico y de Investigación Interdisciplinar en Neurociencias (ICIIN), Carlos Valiente.
Este estudio, subvencionado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, ha explorado distintas variables en un grupo de 1.530 mujeres de diferentes provincias de España. Además, se han tomado en consideración factores sociodemográficos, destacando la influencia de la edad y varios descriptores de la salud. Respecto a estos se han evaluado los niveles de ajuste emocional. A su vez, conscientes de la relevancia que fenómenos como mindfulness (reducción de estrés y ansiedad) implican para la salud y la calidad de vida, se ha evaluado el efecto del nivel mindfulness como tendencia disposicional.
Así, se concluye que las mujeres que participaron en el sondeo ofrecían también una mejor regulación cognitiva, ejecutiva conductual y emocional, a través de sus niveles de mindfulness –atención plena– como tendencia disposicional o estilo de vida, sin necesidad de tratarse de personas que practican estas técnicas terapéuticas. Asimismo, presentaban niveles reducidos de sintomatología prefrontal, es decir, puntuaron adecuadamente en ese elenco de funciones y procesos mentales sofisticados que son tan relevantes para el bienestar, la adaptación a las distintas situaciones y cambios vitales, así como para la estabilidad cognitiva y emocional. Es decir, demostraron mayor capacidad para gestionar la situación con las propias herramientas personales, demostrando una impactante resiliencia y autonomía personal.
Además, estas mujeres contaban con trabajo o actividad profesional, lo cual se suele asociar con mayor autoestima, autonomía económica y relaciones sociales. “Quizá, en este caso, aludimos a uno de los grandes caballos de batalla o asignaturas pendientes en nuestros pueblos, habida cuenta de los perjuicios que vemos que el desempleo conlleva, no solo en términos económicos”, explicó Valiente.
Estas y otras consideraciones se deben tener en cuenta para otros estudios, y, sobre todo, para medidas a implementar en contextos como la España vaciada, máxime cuando se habla de personas con mayor vulnerabilidad por no poder contar con los mismos medios, prestaciones y recursos de salud. “De todos modos, no podemos dejar de resaltar la capacidad y actitud mostrada por la mujer rural, conscientes de que no se trata de algo fortuito o que se improvisa, sino que es probable que se fundamente en una trayectoria de lucha y forja a la que se han visto sometidas para adaptarse más eficientemente al medio, en ocasiones demasiado precario, que caracteriza a nuestros pueblos”, finalizó del coordinador del proyecto.
La presidenta de la Federación de Mujeres Rurales Juana Borrego agradeció “la confianza y generosidad” de las mujeres rurales, “porque han entendido el interés de este estudio para la sociedad por ser único y con resultados muy interesantes”.
