Hace ya bastantes años, la llegada de un equipo filial al campo de La Albuera era recibida con agrado por los espectadores. La juventud y el desparpajo de los jóvenes jugadores de las canteras de los equipos de superior categoría solían augurar buenos partidos de fútbol, con jugadas dignas de aplauso por parte de los dos conjuntos. Pero poco a poco ese aura de equipos técnicos se había ido diluyendo en los filiales, más empeñados sus entrenadores en demostrar la capacidad atlética de sus jugadores que en soltarles las riendas para que pudieran demostrar su calidad técnica.
Sin embargo, en la tarde de ayer el Numancia B devolvió a los aficionados el sabor dulce de los buenos filiales, de los que quieren tener el balón y saben qué hacer con él, de los equipos ordenados y sacrificados en el aspecto defensivo, pero que son capaces de imaginar vertiginosas acciones en el ataque. Y también de los equipos que se equivocan, porque sus jugadores están en proceso de formación y el error es lo normal, y lo lógico.
Hacía mucho tiempo, y en Tercera mucho más aún, que la Segoviana no se veía tan a merced de su oponente en el campo de La Albuera. Pero lo cierto fue que en los primeros 45 minutos el Numancia B no sólo maniató la mayoría de las acciones ofensivas de los azulgrana, sino que además dispuso de hasta cinco ocasiones clarísimas para marcar, que si no aprovechó fue porque sus delanteros no tuvieron su día en el remate, pero también porque David Durán realizó intervenciones de muchísimo mérito en una tarde espléndida de aciertos, comenzando por detener el primer mano a mano de la tarde cuando apenas había transcurrido un minuto de partido. Segundos más tarde, Dani Calleja habilitó un balón para la carrera de Javi, que no falló ante el portero Andreas.
Del 0-1 se pasó al 1-0 en un abrir y cerrar de ojos, pero el resultado no le hizo cambiar el paso al Numancia B, que logró quitarle el balón a la Segoviana, llegando siempre con ventaja a los balones divididos. Manu y Ricardo trataban de multiplicarse en las ayudas defensivas, pero sin demasiado éxito porque la banda izquierda de la Segoviana se encontraba siempre en desventaja ante la velocidad de jugadores como César o Luis Valcarce, que fueron un auténtico quebradero de cabeza para Víctor Pérez.
Aunque para quebradero de cabeza, el que supuso Durán para los jugadores sorianos, que una y otra vez se encontraron con sus manos a la hora de afrontar en clara ventaja el marco de la Segoviana. El portero gimnástico, sacó una mano prodigiosa para desviar un remate de Luis Valcarce, y poco después se impuso en otro mano a mano con el jugador visitante, para más tarde enviar un centro chut de Gere a córner, y en el posterior saque de esquina detener con seguridad un cabezazo del propio Gere que tenía más dificultad de la que en un principio parecía.
Fueron varias las ocasiones clarísimas del Numancia B que acabaron en nada, mientras que en la otra portería, Andreas apenas tenía que intervenir. Un par de cabezazos desviados, otro par de balones colgados al área sin rematador, y el ya narrado gol de Javi fueron lo único destacable de la Segoviana en el apartado ofensivo en la primera parte.
Ahora bien, el mérito del conjunto azulgrana estaba en mantenerse con ventaja en el partido tirando de oficio y de veteranía, esperando la oportunidad de poder sentenciar su victoria con un segundo tanto, y físicamente aguantando el doble esfuerzo que suponía desenvolverse en un terreno de juego bastante pesado como se encontraba el campo de La Albuera ante rivales tan rápidos como los sorianos.
Tras el descanso, Santi Sedano se vio obligado a dar entrada a Asier Arranz por un Dani Calleja que cayó lesionado en un abductor, y este hecho vino a darle a la Segoviana la verticalidad necesaria como para poder apostar por el éxito en algún contragolpe. Esa opción llegó después de que el segoviano del Numancia B, David Martín, echara fuera un balón en un nuevo mano a mano con Durán, cuando un despeje orientado de Borja fue controlado de manera extraordinaria por Asier, que de forma no menos talentosa puso el esférico en profundidad para el desmarque de Edu, quien de primeras y con la izquierda cruzó su lanzamiento lejos del alcance de Andreas. La ejecución de la jugada de ataque bien mereció el largo aplauso del público.
Con el 2-0 el Numancia B comenzó a dejar de creer, y la Segoviana pudo controlar mejor los ataques de su oponente, a veces con demasiadas imprecisiones, pero generando a su vez varias ocasiones de gol, como la que tuvo Asier, que no encontró la manera de superar a Andreas cuando estaba en excelente posición para hacerlo. Aún pudo el equipo soriano marcar algún gol, pero sus jugadores no tuvieron para nada el día acertado en el remate, y el partido se fue muriendo entre el quiero y no puedo de los visitantes, la tranquilidad del trabajo realizado por parte de los jugadores de la Segoviana, y los goles de la Selección Española sobre Dinamarca, muy comentados en una grada que tenía las manos en los bolsillos, los ojos en el fútbol, y las orejas en la final del Mundial de balonmano. Subir ayer al siempre gélido campo de La Albuera en una tarde tan desapacible, y con una buena opción deportiva en casa, es para dar una ovación a cada uno de los aficionados que se acercaron al municipal. Al menos la victoria se quedó en casa.
