El Consejo de Administración de Caja Segovia decidió ayer ahondar en la posibilidad de integrarse en el proyecto Banca Cívica, un modelo financiero en el que ya han expresado su firme voluntad de participar Caja Burgos, Caja Navarra y Caja Canarias.
Al mismo ritmo que Caja Segovia caminaba ayer la vecina Caja Ávila, cuyo consejo también aceptó estudiar la propuesta y suscribir el acuerdo que contempla analizar el proyecto de integración «para poder hacer la valoración correspondiente».
En la reunión celebrada en la sede principal de Caja Segovia se decidió suscribir un acuerdo de confidencialidad y exclusividad con las otras entidades que participan en el SIP, así como «iniciar negociaciones sobre su contenido y redacción final», según informó la entidad de ahorro en un comunicado. En ese sentido, el consejo de administración, «correspondiendo a la invitación del proyecto Banca Cívica», consideró «conveniente analizar dicho proyecto para, una vez estudiado, poder hacer la valoración correspondiente». Ello impide, oficialmente, mantener otras negociaciones de alianzas con otras entidades.
Antes de celebrarse el Consejo propiamente dicho se explicó el proyecto de Banca Cívica a los miembros de la Comisión de Control. En el Consejo, convocado con carácter extraordinario, y al que tan sólo faltó uno de sus 17 integrantes, se explicó lo tratado en las últimas reuniones en las que ha participado Caja Segovia en relación a los procesos de “integración” o “consolidación” de las cajas de ahorro de Castilla y León.
Caja Segovia puntualizó en su comunicado que el acuerdo de ayer “no determina posición previa alguna”, pero permitirá a los órganos de gobierno de la entidad “recabar la información necesaria para poder adoptar decisiones futuras en cuanto a su posición “en los procesos de fortalecimiento del sistema financiero”.
A diferencia de lo que ocurrió en Caja Ávila, en Caja Segovia no parece que hubo unanimidad en el acuerdo, aunque todos los consejeros son conscientes de que el consenso será un elemento básico para la marcha de la entidad. En todo caso, algunos de los consejeros presentes emitieron su voto —secreto— en contra de la autorización para negociar el acuerdo. Hubo también algunas discrepancias en torno al ritmo que debe imprimirse a la marcha de las gestiones para integrarse en Banca Cívica.
Lo cierto es que aún faltan varios pasos por dar, algunos de los cuales requieren más precisión que el dado ayer, como conocer el peso que cada entidad pueda tener en la futura Banca Cívica. De estos porcentajes no se habló ayer, ya que será preciso estudiar la documentación que se intercambien las distintas ‘entidades socias’ que forman el SIP. Es posible que esa documentación, en la que figura la situación económica y financiera de cada una, quede en manos de los técnicos y ni siquiera puedan revisarla los consejeros, ya que se trata de una integración y no una fusión. Para ello los técnicos designados formarán grupos de trabajo en los que se definirán los términos para avanzar en la creación del nuevo órgano en el que estarán integradas las tres cajas de Castilla y León, así como las de Navarra y la de Islas Canarias.