A la tercera va la vencida. Después de varias subastas desiertas, la Junta de Castilla y León ha adjudicado este mes la antigua casilla de camineros de Aldealengua de Santa María, por un importe de 25.608,37 euros. La alcaldesa de la localidad, Esperanza Martín, mostraba ayer su satisfacción por la ocupación inmediata de este inmueble tan tradicional en numerosos pueblos, que eran ocupados por los trabajadores que se encargaban del mantenimiento de las carreteras.
Después de varios intentos, la Junta, propietaria del inmueble, publicaba en septiembre el expediente de enajenación de esta casa mediante pública subasta. En octubre se aprobaba el pliego de condiciones y este mes se ha adjudicado a un vecino del pueblo, según la alcaldesa, que procederá a la rehabilitación de esta casa.
La regidora explicó que fueron varias las ofertas que se presentaron a esta subasta, siendo elegida la que superaba los 25.000 euros.
La vivienda se ubica en esta pequeña localidad del norte de la provincia de Segovia, en la carretera de Alcolea del Pinar (Guadalajara) a Aranda de Duero (Burgos). Se trata de una finca con una superficie de 1.316 metros cuadrados, de los que 1.126 son suelo rústico y 190 suelo urbano. En su interior se construyó una edificación para casilla de camineros, y según especificaba el anuncio, hoy se encuentra en un estado de conservación “semiruinoso, con muros y cubierta en deficiente estado, no siendo utilizables en su interior”. Tiene una superficie construida de 132 metros cuadrados y un patio de 39 metros.
Hay que recordar que la construcción de casillas para los camineros empezó en España en el siglo XVIII, con el doble objetivo de establecer su residencia en el trozo que tuvieran asignado y de facilitar el auxilio a los viajeros en caso necesario, teniendo en cuenta las enormes distancias que a veces existían entre las poblaciones. Durante muchas generaciones estas casillas se convirtieron en puntos de referencia para conductores o personas que simplemente circulaban por los viales, ya que este tipo de instalaciones fueron durante más de 150 años protagonistas en el mantenimiento de carreteras.
La alcaldesa de Aldealengua de Santa María, Esperanza Martín, recuerda la casilla de su pueblo habitada por varias familias, algunos de cuyos hijos fueron compañeros suyos en el colegio. Ahora quieren que vuelva a ser ocupada, ya no con la misma función que antes, pero con una forma más de luchar contra la llamada ‘España Vaciada’.
En un pueblo de 83 habitantes censados, aunque durante la pandemia del coronavirus se han incrementado los empadronados en 12 vecinos más, siempre son bienvenidas familias que quieran instalarse en una localidad del medio rural.
