El sábado se celebró en Segovia la sexta edición de la Noche de Luna Llena y, como cada año, el éxito fue rotundo, un sinfín de segovianos se lanzaron a la calle para disfrutar de una noche que saca el lado mágico de la ciudad. La plaza del Azoguejo inauguró una velada especial en la que los mayores se emocionaron como niños al recordar épocas pasadas y los niños disfrutaron de actividades creadas por ellos y para ellos.
El compromiso de los segovianos no acabó con la candidatura de Segovia 2016 sino que ese sentimiento se mantiene y se demuestra en cada iniciativa que la ciudad expone. Con la propuesta de Segovia Cultura Habitada se podrá seguir disfrutando de actividades que fomentan la participación de los ciudadanos en actividades como ésta. “Una ciudad que dedica una noche a la luna, esto no pasa en ninguna ciudad del mundo” eran algunas de las frases que se escuchaban de boca de turistas que, extrañados, admiraban la participación de los ciudadanos.
Las actividades tuvieron una acogida espectacular, tanto que las colas llenaron las calles de la capital, los actos se distribuyeron por toda Segovia de manera que la situación no agobiaba pero se notaba la afluencia de público.
Las actividades para los niños se centraron en la Plaza Mayor con un taller de marionetas, la creación de sus propias postales o incluso la posibilidad de escoger entre los diez diseños propuestos para modelar chapas de la luna. En este mismo espacio se realizó la degustación de 2.800 pastas que mantenían el tema principal de la noche, la luna.
Cuando llegó la oscuridad el verdadero espectáculo se hizo notar, la plaza de San Martín mostró estructuras lumínicas que llamaban la atención de todos; a la vez, el Esteban Vicente dejaba ver los colores que desprendía el público a través de su electricidad estática; el corralillo del mudo daba la oportunidad de subir a una nave espacial en la que visitar distintos mundos, sentir el “lenguetazo” de seres extraños e incluso el frío de algunos planetas. La iniciativa gustó tanto que se prolongó una hora más de lo previsto.
La noche no fue la aliada de la luna en el pasado sábado, por lo que actividades como la organizada en el Alcázar no salieron adelante, ya que el cielo estaba nublado y ver las estrellas y planetas resultó imposible hasta última hora de la noche, en la que el cielo dió tregua y dejó ver la mejor cara de la luna.
Era imposible acabar esta noche sin magia, la actuación en la casa de Andrés Laguna fue el colofón final que consiguió despertar la ilusión de niños y mayores colgando el cartel de aforo completo en los seis pases.
Sin duda alguna, después del buen sabor de boca de este año, los segovianos esperarán con impaciencia la séptima edición de la Noche de Luna Llena el próximo verano.