El suizo Roger Federer se clasificó para la final del torneo de Wimbledon, en la que se medirá al local Andy Murray, tras derrotar ayer al serbio y actual campeón, Novak Djokovic por 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3.
El de Basilea demostró que sobre la hierba del All England Club se encuentra en su mejor entorno, y ofreció un tenis sólido y sin fisuras que desarboló al balcánico.
El helvético, seis veces campeón y cuya última final fue en 2009, pero que se había quedado en los cuartos en 2010 y 2011, se convierte en el primero de la historia en jugar ocho finales en la capital británica y, en caso de ganar el domingo, arrebataría el número uno del mundo a un Djokovic que no gozó de su mejor día.
«Creo que en general la superficie hizo que el partido fuera diferente y potencialmente me favoreciera», destacó Federer a la conclusión del encuentro.
Mientras tanto, su rival confesó que Federer será un «merecido» número uno si conquista el título. «Si él gana y se coloca primero será merecido», apuntó Djokovic.
Su adversario por el trofeo será el británico Andy Murray, que se impuso al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-3, 6-4, 3-6 y 7-5 para convertirse en el primer jugador de su país que disputará la final de Wimbledon desde el año 1938.
Tras el triunfo de Fred Perry en 1938, ningún tenista de las Islas volvió a ganar. Ahora, Murray está a las puertas de convertirse en héroe local. El de Dunblane bordó su actuación en los dos primeros sets y, a pesar de la reacción del galo, se mantuvo en el partido para certificar la victoria en el cuarto set.
