Mencionar a Pablo Alejandro Simal es decir Club Deportivo La Granja, porque este hombre lleva unido a esta entidad de facto y en sentimiento más de medio siglo. Cualquier duda que tengan ustedes sobre el devenir y peculiaridades de este club, no duden en solicitarle información, seguro que lo sabe.
En su amplio currículum futbolístico figura que fue jugador del Acueducto, juvenil de la Gimnástica Segoviana, pasando luego al primer equipo. Militó también en el Pozuelo y en el Arévalo; pero su gran camiseta, unida a su terruña, es la azul celeste de La Granja. Aquí ha sido jugador, entrenador y presidente.
Sus labores y experiencias vividas en este club a lo largo de su amplia historia darían para redactar muchas columnas; pero, intentando ser conciso y buscando lo anecdótico, podría citar que no dudaba en coger una carretilla y quitar la nieve del campo para un partido, o hacer de masajista, o cortar entradas, o (esto sí que es amor platónico) rascarse los bolsillos para pagar al árbitro cuando las arcas estaban famélicas.
Recuerda alegrías, como el primer ascenso a Tercera División, con José Manuel Arribas de entrenador, quedando campeones de grupo; o también el de la temporada 2018/19 con Paco Maroto al frente; en ambos nuestro protagonista era el presidente.
Pablo, antes funcionario, entró ya en el grupo de eméritos; sin embargo, no por eso ha olvidado su voluntad de seguir ayudando. Ahora entrena a un equipo filial: La Granja B-Portu, de la Segunda Provincial. Su ánimo le hace que sea merecedor de ser un personaje genuino del deporte segoviano.
