Por primera vez en los 87 días transcurridos desde que comenzó el vertido de petróleo en el Golfo de México ayer dejó de fluir crudo al mar, según anunció la empresa responsable del derrame, British Petroleum (BP):
El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó el anuncio como «una señal positiva», aunque se mostró cauteloso al indicar que no se pueden adoptar aún conclusiones definitivas, pues «continúan las pruebas» de la campana de contención instalada el pasado fin de semana sobre el pozo averiado.
En un comunicado, la empresa responsable del vertido, BP, informó de que hasta el momento los ensayos iniciados el pasado jueves se desarrollan con éxito y por primera vez desde el comienzo del derrame ha dejado de manar petróleo al mar.
El coordinador de la lucha contra el vertido, el almirante Thad Allen, indicó que «nos sentimos alentados por estos acontecimientos, pero esto no se ha acabado».
Durante las próximas horas, indicó, los equipos de lucha contra el derrame analizarán los datos resultantes y comprobarán las condiciones del lecho marino.
En una rueda de prensa, el director de Operaciones de la petrolera, Doug Suttles, indicó que «todos estamos encantados de que haya dejado de fluir petróleo en el mar» y «podríamos empezar a ver la luz al final del túnel» pero insistió en que «aún no hemos terminado el trabajo, ni lo terminaremos en algún tiempo».
Los experimentos continuarán al manos 48 horas más, aunque podrían concluir hoy mismo o mañana, según indicó Suttles.
BP, la empresa responsable de la catástrofe retomó los ensayos de resistencia de la campana, tras haberlos suspendido la noche del pasado jueves al detectar una grieta en el obturador.
«Las pruebas comenzaron el jueves tras la instalación de la campana y de acuerdo con los procedimientos aprobados por el Mando Nacional de Incidentes» y hasta el momento se desarrollan con normalidad, afirmó BP en el comunicado.
No obstante, la empresa advirtió de que aunque deje de verterse petróleo en el mar durante el período de prueba, «eso no quiere decir que el flujo de crudo y gas del pozo se hayan detenido de manera permanente».
A lo largo del período de ensayos se irá midiendo la presión interna de la campana. Si es demasiado baja, ello apuntará a la existencia de otra fuga similar a la detectada la noche del jueves y habría que comenzar de nuevo.
Según indicó Allen, la opción más probable es que se retome el proceso de contención: trasvasar el petróleo desde la campana a través de tuberías a barcos en la superficie marina.
Hasta ahora, se calcula que fluían del pozo entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo diarios.
