Para quienes no vivieron aquella época, describo, a grandes rasgos, los primeros pasos de la técnica en retransmisiones deportivas.
Eran los primeros pasos en Segovia de Antena 3 Radio, coincidente con la llegada a la cúspide del C.D. La Escuela F.S. (el apellido ya se borró). Jugaba sus encuentros en la cancha del colegio Maristas con sus gradas ‘abarrotás’. En la referida emisora ‘tentamos’ la posibilidad de retransmitir los encuentros en directo, cuestión que a través de línea telefónica convencional no era nada difícil. Y así se hizo.
De aquella ‘odisea’ en Antena 3 Radio, salió la inconfundible voz y mejor trabajo de Alfredo Martínez, hoy, desde su atalaya en Onda Cero, uno de los mejores, si no el mejor
Nuestro problema llegó cuando quisimos ampliar retransmisiones moviéndonos por la grada y al final del partido en la cancha. Lo que hoy es facilón, entonces no lo era. Entre los medios técnicos que nos entregaron se encontraba un inalámbrico al que conocíamos como ‘el ladrillo’ y también ‘el adoquín’. Pesaba… pesaba todo y un poco más. Con la batería a tope de carga y sin hacer giros violentos, aquello ‘funcionaba’. Con ligeros problemas, pero… ahora bien, cuando la batería se iba gastando aquello se convertía en ‘lo que no puede ser no puede ser y además es imposible’.
La audición era im-perfecta, el brazo del que soportaba el peso, ni te cuento… total, que incluso sudando la gota gorda y superando el enfado por querer y no poder, aquello se mantuvo vigente mientras los nuevos tiempos refinaban la técnica.
De aquella ‘odisea’ en Antena 3 Radio, salió la inconfundible voz y mejor trabajo de Alfredo Martínez, hoy, desde su atalaya en Onda Cero, uno de los mejores, si no el mejor, entre los narradores españoles deportivos.
