El ilustre segoviano Ezequiel González de la Bodega (Turégano, 1820 – Segovia, 1903) otorgó por testamento, fechado el 12 de mayo de 1896, al entonces Instituto General y Técnico de Segovia, hoy IES Mariano Quintanilla, su colección de 421 obras de arte, antigüedades y curiosidades con el objeto de que sirviera a la creación de un museo destinado a la formación de jóvenes y la contemplación de los ciudadanos. Dejó escrito en su testamento el deseo de que la exposición “ha de abrirse al público un día cada semana para que pueda visitarse gratuitamente”. Más de un siglo después, la directiva del instituto Mariano Quintanilla y su equipo de Patrimonio tienen la firme intención de cumplir la voluntad del filántropo no solo por obligación, también por responsabilidad de ciudadanía, ejercicio de magisterio y como un deseo propio que esperan sea realidad muy pronto.
Para ello llevan mucho tiempo trabajando. Han sacado piezas que permanecían guardadas, casi olvidadas, en almacenes del instituto, han restaurado o recreado sus etiquetas, las han documentado, han acondicionado salas, preparado iluminación adecuada y montado una preciosa e interesante exposición.
Todo está preparado para cumplir el deseo generoso de Ezequiel González. Pero, una vez más, la historia se ha torcido.
La pandemia del Covid-19 hizo cerrar a cal y canto el instituto durante meses y aunque hace ya más de un año que los alumnos y los profesores han vuelto a recuperar la actividad lectiva en el centro, aún se mantienen las restricciones de acceso. En este momento, las medidas de contención de la infección son las que condicionan la apertura del museo Ezequiel González.“Todo está montado desde hace un año pero estamos a la espera de que cambien las condiciones de acceso. Nosotros, en cuanto se levanten las medidas del Covid, tenemos la intención de que una mañana a la semana se pueda visitar”, dice deseoso el director del equipo de Patrimonio del IES Mariano Quintanilla, Carlos del Barrio Herrero. “No tiene sentido tener un patrimonio tan importante y que casi nadie lo conozca; no aporta nada tenerlo guardado”, insiste Carlos del Barrio con pasión y basado en el intenso estudio de documentación que ha hecho de la herencia de Ezequiel González.
Exposición
De momento, los alumnos y profesores del centro enclavado en pleno ángulo del Acueducto y algunas visitas excepcionales, como la realizada el pasado mes de abril por al consejera de Educación, Rocío Lucas Navas, son los únicos que han podido contemplar el histórico y a la vez nuevo Museo Ezequiel González. Ya en algunas jornadas de puertas abiertas del instituto se había expuesto parte de la colección, así como en la conmemoración de los 150 años de Enseñanza Secundaria en Segovia (1845-1995) que se hizo en febrero de 1996, pero el montaje actual permitirá contemplar la práctica totalidad de lo que se conserva del legado (cerca del 90% de la donación inventariada en 1904).
La mayor parte de los fondos del legado son esculturas de bronce y de mármol, pero también hay pinturas, mueblería, numismática y restos arqueológicos del antiguo Egipto, precolombinos o frisos de la antigua sinagoga de Segovia. Unas son piezas originales de grandes artistas de principios de siglo XX como Ángel Ferrant o Aniceto Marinas, que se adquirieron tras la muerte de Ezequiel González con las 40.000 pesetas que dejó a tal fin; otras, copias magistrales de obras cumbres del arte clásico realizadas en talleres italianos— desataca el de Michele Amodio— como el grupo escultórico Laocoonte y sus hijos o Toro farnesio.
Del conjunto pictórico, Carlos del Barrio explica que la mayoría son obras que el culto benefactor, coleccionista amante del arte, encargó al francés Emile Soubrier, incluido su retrato al óleo, cuadro que ha formado parte de la exposición ‘La Edad de Plata. La modernidad en Segovia. El Adelantado y el arte en el primer tercio del siglo XX’ , organizada por este diario con motivo de su 120 aniversario.
También está presente el gabinete de curiosidades que González de la Bodega fue formando en su casa palacio con objetos personales y recuerdos de sus viajes por medio mundo: escarabajos, aves momificadas, manos de momia, teselas, mosaicos de Turquía, fósiles, aves de la zona de Guatemala, teselas, tallas de ídolos de Centroamérica, una caja de marfil china y una preciosa colección de caracolas.
Este museo ocupa dos salas situadas junto al salón de actos del instituto: el vestíbulo de dicho salón y la sala que hay junto a él. La sala I, llamada de los Bronces, alberga una parte de las esculturas hechas en este material y cuatro vitrinas que contienen los objetos de pequeño tamaño que forman parte de la colección. Una de ellas contiene objetos adquiridos en Egipto y Centroamérica. Otra, la colección de aves y corales. La tercera, objetos de temática religiosa, monedas, fósiles y minerales. Y la cuarta, estatuas de pequeño tamaño, objetos traídos de China y Japón, una colección de caracolas talladas, y otras piezas de distinta índole.
En la sala II, llamada sala de los mármoles, se podrá contemplar la mayor parte de las esculturas de mármol y los cuadros del legado junto algunos objetos más como mesas y tazas de mármol y alabastro.
“La exposición tiene valor artístico y arqueológico así como desde el punto de vista de ciencias naturales y por la singularidad de que sea una colección privada cedida a un centro público”, dice el responsable del equipo de Patrimonio del IES Mariano Quintanilla, remarcando la excepcionalidad de que un instituto tenga en sus fondos, por ejemplo, una mano de una momia.
Cuando por fin pueda abrirse a las visitas, el recorrido por el ‘Mariano Quintanilla’ permitirá contemplar también su Museo Académico, que da testimonio de 175 años de historia de la educación, y su biblioteca antigua que ha salido del espacio abuhardillado donde estaba para hacer más accesibles cerca de 2.000 libros fechados antes de 1900, entre los que se encuentran ejemplares del siglo XVII.
Ezequiel González
“En la figura de Ezequiel González se unen el liberal decimonónico y el filántropo. Repartió su fortuna entre sus familiares, la creación de una escuela para niños pobres de Segovia y la fundación de un museo”. Así lo destacaba el director de El Adelantado, Ángel González Pieras, en el inicio del suplemento del 2 de mayo de 2021 que estaba dedicado a “este prohombre del siglo XIX, ejemplo de liberal burgués, seguidor de las ideas del regeneracionismo, defensor del patrimonio histórico y alentador a la vez de las infraestructuras y de la educación como motor de desarrollo de una provincia, de un país”.
