El miedo y la incertidumbre se adueñaron por unos minutos de las decenas de personas que, a media tarde de este lunes, 8 de noviembre, contemplaban con preocupación cómo un hombre paseaba por la parte más elevada del Acueducto, empleando el precario canal conductor del agua como improvisado camino para desplazarse por el monumento romano.
Como es obvio, la presencia de este hombre en acueducto no pasó desapercibida, y rápidamente, efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía se desplazaron hasta la zona, mientras que el osado e imprudente paseante continuaba desplazándose por el canal desde el punto más alto en dirección hacia la plaza de Día Sanz.
Testigos presenciales del hecho señalaron que algunas personas se dirigieron a la persona desde abajo conminándole a que bajara del Acueducto, pero hizo caso omiso y continuó su recorrido llevando en la mano lo que parecía una cámara fotográfica.
Durante los minutos que duró el episodio, los efectivos policiales fueron quienes finalmente dirigieron la operación, que terminó felizmente con el descenso del paseante del monumento, que se produjo en las zonas más bajas, próximas al desarenador, según explicaron los citados testigos.
Tras bajar, la Policía Local trasladó al aventurero hasta sus dependencias, donde se instruyó el correspondiente atestado que servirá de base para la tramitación de la correspondiente sanción, ya que la subida al Acueducto está totalmente prohibida.
Fuentes policiales señalan que el paseante es un turista extranjero que accedió al monumento por la zona del Postigo, sorteando las vallas metálicas que impiden la entrada con el objetivo de realizar fotografías desde este particular punto de vista. Las dificultades con el idioma hicieron difícil el diálogo con el hombre, que deberá afrontar la sanción que se le impondrá.
Antecedentes
La presencia de este peculiar transeúnte por el Acueducto hizo recordar otros episodios similares que mantuvieron en vilo a los segovianos, protagonizados por personas que accedieron a la parte más alta del monumento, que le separa 28 metros del suelo en la zona del Azoguejo.
El último de estos episodios tuvo lugar en febrero de 2018, donde una persona permaneció cerca de noventa minutos sobre el monumento, con la intención inicial de arrojarse desde allí. En ese caso, la intervención de los bomberos resultó providencial para convencer al hombre a deponer su actitud, culminando con su rescate.
