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Los pobres y el camino sinodal

por José María López López
7 de noviembre de 2021
JOSE MARIA LOPEZ 1
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Ena, la serie Woke

No sois para él lo que él es para vosotros

¡Oye tú, no te acerques demasiado! (Recordando a Jorge Ilegal)

El próximo 14 de noviembre celebraremos la V Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco, que este año se presenta bajo el lema “A los pobres los tenéis siempre con vosotros” (Mc 14, 7). El Papa en su Mensaje para esta Jornada nos invita a tomar conciencia de la realidad que vive cada persona en situación de pobreza, exclusión y necesidad, al tiempo que ha comenzado el sínodo, “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, en el que se abre a los cristianos un nuevo tiempo de discernimiento y revisión de nuestro seguimiento de Jesús como Pueblo de Dios.

Ésta es una gran oportunidad para reflexionar sobre cómo caminamos juntos como Iglesia, y para cuestionarnos cuál es el nivel de participación de las personas más pobres en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración. En un contexto social en el que las personas en situación de exclusión aún viven con mayores dificultades y con un horizonte precario, la comunidad cristiana tiene un papel fundamental para generar esperanza y procurar espacios de acogida y encuentro a quienes viven en situación de fragilidad.

Ambas convocatorias son una nueva oportunidad para tomar conciencia acerca de cómo caminamos juntos como Iglesia plural y diversa que somos, y para cuestionarnos sobre cuál es el nivel de participación de quienes habitualmente son menos tenidos en cuenta en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración.

Dedicar una Jornada especial para que la comunidad cristiana mundial invite a sentarse a la mesa a las personas más pobres y excluidas de su entorno nos alerta sobre la necesidad que tenemos de volver la mirada a Jesús y al Evangelio para dejarnos interpelar por su Palabra, por su gesto y por su forma de vivir y de relacionarse con los más pequeños.

Jesús no hace otra cosa que caminar junto a los más débiles, se relaciona con los que el sistema excluye y deja fuera, elige y toma partido por quienes son considerados marginados, no aptos o simplemente son despreciados por considerarse diferentes. Jesús no se preocupa tanto por lo que les da a las personas sino por acoger, escuchar y estar con ellas; trata a cada pobre como lo que es, una persona, y desde ahí teje una nueva forma de relación entre iguales, donde se hace posible el encuentro verdadero y la fraternidad.

Jesús no sólo está de parte de los pobres, sino que comparte con ellos la misma suerte. Esta es una importante lección también para sus discípulos de todos los tiempos. La presencia de los pobres no debe conducirnos a un acostumbramiento que se convierta en indiferencia, sino a involucrarnos en un compartir la vida que no admite delegaciones. Los pobres no son personas “externas” a la comunidad, sino hermanos y hermanas con los cuales compartir el sufrimiento para aliviar su malestar y marginación, para devolverles la dignidad perdida y asegurarles la necesaria inclusión social.

Advierte el Papa que “un estilo de vida individualista es cómplice en la generación de pobreza, y a menudo descarga sobre los pobres toda la responsabilidad de su condición. Sin embargo, la pobreza no es fruto del destino sino consecuencia del egoísmo. Por lo tanto, es decisivo dar vida a procesos de desarrollo en los que se valoren las capacidades de todos, para que la complementariedad de las competencias y la diversidad de las funciones den lugar a un recurso común de participación.

Hay muchas pobrezas de los “ricos” que podrían ser curadas por la riqueza de los “pobres”, ¡si sólo se encontraran y se conocieran! Ninguno es tan pobre que no pueda dar algo de sí mismo en la reciprocidad. Los pobres no pueden ser sólo los que reciben; hay que ponerlos en condiciones de poder dar, porque saben bien cómo corresponder. ¡Cuántos ejemplos de compartir están ante nuestros ojos! Los pobres nos enseñan a menudo la solidaridad y el compartir. Es cierto, son personas a las que les falta algo, frecuentemente les falta mucho e incluso lo necesario, pero no les falta todo, porque conservan la dignidad de hijos de Dios que nada ni nadie les puede quitar”. Todo un reto en el camino sinodal.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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