Habrá que esperar al curso 2022-2023 para que la Academia de Artillería recupere la normalidad, al menos en lo que se refiere al protocolo de inicio del curso. El centro de enseñanza militar comenzó este viernes, 5 de noviembre, oficialmente el curso de este año con el Alcázar como escenario en un acto únicamente restringido a alumnos y autoridades, ya que la prudencia continúa marcando la actividad a la espera de la definitiva consolidación de la mejoría de los datos epidemiológicos.
A primera hora de la mañana, los alumnos partieron en formación desde la sede de la Academia, en el acuartelamiento de San Francisco hasta el Alcázar, lo que causó sorpresa a los viandantes y turistas del centro histórico, testigos del desfile de los artilleros por las calles.
A su llegada, , el patio de la fortaleza albergó el acto, presidido por el teniente general jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, Fernando García-Vaquero Pradal, acompañado por los jefes del Mando de Artillería Antiaérea y de Campaña, generales Enrique Silvela y Vicente Torres, y el coronel director del centro, Alejandro Serrano. Asimismo, en la inauguración del curso participaron la alcaldesa Clara Luquero y el vicepresidente de la Diputación Provincial, José María Bravo, así como representantes de otras instituciones .
Como es tradición desde la apertura del Real Colegio de Artillería hace 257 años, el curso comenzó con la lección inaugural, que suele servir como marco ideológico para el trabajo diario de los alumnos a lo largo del curso.
Este año, el subdirector y jefe de estudios de la Academia de Artillería Francisco José Martín Moya fue el responsable de dirigirse a los alumnos para seguir la tradición marcada por el padre Eximeno el 16 de mayo de 1764, del que recordó sus palabras al asegurar que “en el servicio de la Artillería debe combinarse adecuadamente el estudio de la teoría y de la práctica”.
El teniente coronel Martín Moya aseguró que los artilleros “somos depositarios y responsables” del ejemplo de sus antecesores, y señaló que las nuevas generaciones del arma “no sólo queremos formar parte de la transformación, sino que , como en tantas ocasiones, estamos dispuestos a liderarla desde el culto a la tradición, porque en ella encontramos el necesario equilibrio con la modernidad”.
Nuevos escenarios
Por otra parte, valoró la necesidad de ser permeables a la incorporación de las nuevas tecnologías a su formación militar, ya que “el campo de batalla futuro será un escenario hiper-conectado, ambiguo y con multiplicidad de actores, en el que la persona cobrará relevancia en su dimensión moral, por lo que su formación deberá abarcar la totalidad del ser humano”.
En este sentido, pidió a los alumnos que mantengan la capacidad de adaptación a cualquier escenario, ya que “el adversario dispondrá de estrategias que traten de impedir nuestro acceso al teatro de operaciones”, y recordó al filósofo y estratega chino Sun Tzu al señalar que las guerras “se ganan a través de la inteligencial la información y la astucia, atacando el centro de gravedad del enemigo y sometiéndole sin luchar”.
Tras la lección inaugural, el homenaje a los caídos y el himno de Artillería pusieron el punto final al acto, cuyo colofón fue el desfile de las unidades de alumnos ante las autoridades civiles y militares en la plaza de la Reina Victoria Eugenia.
