“Yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son raros. Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol. Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche. Están locos…”.
Segovia siempre tuvo corredores, mejores o peores, pero de un tiempo a esta parte se han multiplicado. Es fácil encontrar a alguien corriendo por casi todas las zonas de nuestra querida ciudad y en cualquier época del año.
Existen grupos de entrenamiento dirigidos por profesionales que te ayudan a preparar y lograr esos objetivos. Grupos de gente que viaja a lugares con la excusa de participar en una carrera, y hasta empresas que te organizan todo para ‘esos locos que corren’.
Solo con intentarlo y ponerte en la línea de salida tienes todos mis respetos. Pero si encima logras tu objetivo, las sensaciones son indescriptibles, la alegría te inunda y si eres de lagrima fácil alguna caerá.
Hay mil versiones de carreras para buscar tu límite: 10k, una media, la maratón, carreras de montaña, carreras por etapas, por relevos… como diría aquel “cada loco con su tema”.
Por suerte soy miembro de varias versiones de esos grupos, y aunque es difícil explicar lo que se siente, os invito a intentarlo. Compartir con ‘esos locos que corren’ es un lujo y satisfacción que está al alcance de todos porque como le dije a uno: “Si lo hago yo, tú también”. Y lo peor es que lo hizo.
Gracias a tod@s los que comparten o han compartido conmigo y también a organizadores y voluntarios, porque sin ellos no habría carreras.
Semper fidelis.
