Segovia capital está a la cabeza de Castilla y León en el precio de vivienda de alquiler, pero a la cola en salarios. Este precio de la vivienda es la causa principal por la que, año tras año, centenares de jóvenes de nuestros barrios se ven expulsados a otros municipios del alfoz, más de 6.000 desde el año 2009. Esto, y no un capricho ideológico, es lo que hace que Segovia necesite como agua de mayo medidas valientes y ambiciosas en materia de vivienda: nos va el futuro en ello. Por eso, uno de los objetivos principales de Podemos Segovia es articular una política de vivienda municipal dirigida a amplios sectores de población: familias con ingresos precarios, jóvenes que no se pueden emancipar, familias monoparentales y personas que viven solas que dedican un porcentaje obsceno de sus ingresos a pagar el alquiler.
Defendemos una política de vivienda que vaya mucho más allá de la que se ha desarrollado hasta ahora, que ha sido escasa y de carácter básicamente asistencial.
A finales del año pasado, nuestro grupo impulsó un acuerdo de presupuestos con el gobierno de PSOE e IU para el 2021 que incluía medidas en materia de vivienda sin precedentes en Segovia: más de 750.000 euros para desarrollar un programa municipal de alquiler asequible, potenciar la rehabilitación, ampliar sustancialmente el parque municipal de viviendas y, también, poner en marcha la que iba a ser la primera convocatoria municipal de ayudas al alquiler de la historia de nuestra ciudad. A día de hoy sólo se han desarrollado, con muy buena aceptación, las ayudas a la rehabilitación y a las inspecciones técnicas de edificios.
En el pleno de la semana pasada, el gobierno de PSOE e IU aprobaba, con el apoyo de Ciudadanos, una modificación presupuestaria que recorta 200.000 euros de estas ayudas al alquiler. Una modificación presupuestaria con trampa: el gobierno de Clara Luquero y la concejalía de Servicios Sociales han decidido unilateralmente recortar el 100% de lo comprometido para esta medida para utilizar ese dinero en unas nuevas ayudas contra la pobreza energética, que ya financia la Junta de Castilla y León. Lo normal, ante una situación de abuso de las eléctricas en la factura de la luz, hubiera sido dotar estas nuevas ayudas con recursos propios hasta que la Junta abonase lo que había anunciado, pero la decisión ha sido otra muy distinta.
El resultado de este cambalache contable lo van a pagar las familias segovianas: en vez de acceder a dos tipos de ayudas distintas, para el alquiler y para la pobreza energética por un total de 400.000 euros, la decisión política del gobierno municipal ha sido dejar en la estacada a un mínimo de 200 familias con salarios modestos, afectadas por ERTE o jóvenes precarios, que se podrían haber beneficiado de hasta 1.000 euros de media para hacer frente a los alquileres abusivos de nuestra ciudad, además de disponer también de la ayuda específica para que las familias más vulnerables puedan pagar las facturas de la luz en los meses más duros de invierno. En resumen, lo ocurrido en el pasado pleno es, al mismo tiempo, un recorte de 200.000 euros en políticas municipales de vivienda, un incumplimiento del acuerdo presupuestario firmado con Podemos y algo que nos preocupa todavía más: faltar al compromiso adquirido con la ciudadanía segoviana.
En momentos de crisis, el mejor cordón sanitario contra la falta de credibilidad de las instituciones y el auge de los discursos del odio es precisamente la confianza, la seguridad y mejorar, de forma tangible, las condiciones de vida de la gente. Las ayudas para pagar el alquiler eran una buena oportunidad para ello. Los acuerdos se firman para cumplirse, si no, es mejor no firmarlos. En política, como en la vida, cumplir con la palabra dada es la única garantía para la confianza mutua.
(*) Concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Segovia.
