El protocolo de los encierros de Cuéllar está finalmente elaborado. En la última de las reuniones se procedió a la firma del documento por parte de los representantes de los colectivos participantes, para su registro en el Ayuntamiento durante la jornada posterior. A día de hoy, el protocolo ya es una realidad y un texto que está en manos del equipo de Gobierno para su valoración.
Ha sido fruto de reuniones continuadas durante algo más de cuatro meses en los que se ha contado con la colaboración de la Asociación Peña Taurina El Encierro, la Asociación Amigos del Caballo, Ehtoro, A Caballo, los grupos municipales de IU y PSOE y los medios de comunicación locales. También ha asistido a varios encuentros el concejal de Festejos Luis Senovilla, quien recalcó vía email que se trata de “una propuesta que hacen los ciudadanos pero no incluye al Ayuntamiento”.
El protocolo final tiene una extensión aproximada de tres folios en los que se hace una exposición de motivos, una aclaración sobre la recopilación de información y se fijan unos objetivos y propuestas generales que se desglosan y detallan más detenidamente en la parte final.
En primer lugar se aclara que el encierro de Cuéllar es uno de los festejos taurinos tradicionales más difíciles de controlar por sus características tan particulares, y que la pervivencia de su estructura original es la base de la fiesta. Igualmente, lo son los espectadores como parte fundamental, pero se asiste en estos tiempos a un “desbordamiento de personas que consideran el campo como el lugar más atractivo del encierro”, en detrimento del recorrido urbano. Se señala también en sus inicios, como se ha venido recordando en estos meses, que se trata de una declaración de intenciones que recoge “el tipo de encierro que quieren los cuellaranos, cómo se quiere organizar y en base a qué criterios, siempre bajo la perspectiva del respeto al toro”.
El objetivo primordial y destacado es “la pervivencia en el tiempo del encierro tradicional de reses bravas de la villa de Cuéllar, el único y más antiguo que ha mantenido el traslado por el campo abierto, al uso tradicional a caballo, hasta las calles y de estas a la plaza”. Regido por la normativa vigente, el protocolo busca la defensa de favorecer el encierro, “que llegue cuanto antes y en las mejores condiciones, permitiendo el trabajo de los distintos profesionales”.
De manera más general se establecen varias propuestas. La primera de ellas es que prevalezca el criterio del encierro en la elección del ganado, por encima de los festejos de la tarde, con la participación de los colectivos taurinos cuellaranos. La segunda se refiere a la difusión generalizada del documento al resto de colectivos de la localidad para su colaboración en la defensa del encierro; también se busca la colaboración del director de campo, caballistas, director de lidia y pastores. Por otro lado, se habla del encabestramiento de toros y novillos, que deberá ser de un mes como mínimo. Piden, además, la presencia de los colectivos implicados en el encierro en la Junta Local de Seguridad. Por último, destacan que de no conseguir conducir el encierro, este es único, por lo que no se celebrará otro desde el corral ni se han de soltar reses desde un camión.
En cuanto a la estancia en los corrales, el aumento del tiempo de aclimatación se ha visto clave en la mejora del encierro, por lo que más tiempo puede traducirse en una recogida más fácil de las reses. Igualmente, proponen disminuir el corral de algún modo, y la colaboración de las personas que se ubican en la puerta para una salida correcta de los astados.
El tramo campestre se considera el más problemático, y la variación del recorrido habitual es uno de los principales factores a mejorar para recuperar la normalidad en el encierro. Según el protocolo, debe incrementarse la información para las personas que acceden a este tramo en vehículos, a caballo o a pie; los colectivos participantes se comprometen a elaborar un documento informativo sobre accesos y comportamientos. Se solicita que las reses realicen el recorrido campestre andando para no perjudicar el encierro, con una mejor organización de los caballistas y una zona de descansadero para la manada, que consideran “fundamental”. En su llegada a El Embudo, solicitan el cierre del vallado con elementos ciegos que impidan a las reses detectar movimiento.
El protocolo recoge por separado las propuestas para el recorrido urbano. Consideran imprescindible un método para anunciar que se soltarán bueyes desde la plaza en el sentido contrario al del encierro. Asimismo, piden la señalización aérea de las zonas de atención médica y ambulancias para una rápida actuación con los heridos. Ya en su llegada a San Francisco, se solicita una mejora de la seguridad de las puertas de cierre con un poste central, por ejemplo. En cuanto al personal, consideran personal necesario a los pastores —presentes en varias reuniones— y al director de lidia; los espectadores y corredores deberán colaborar con ellos. Por último, reclaman una serie de actuaciones previstas para situaciones como las vividas en 2015, que un toro no avance o se tumbe en mitad del recorrido.
Esta última va en la línea de otro de los apartados, el de mejora de la imagen de los encierros de Cuéllar. Se considera necesario explicar el encierro a través de un plan de difusión; la presentación oficial de las ganaderías y reses escogidas, reuniones con caballistas colaboradores, exposiciones adicionales en San Francisco y testimonios de participantes pueden ayudar a ello. Como parte fundamental de la difusión, los medios reclaman un interlocutor único a modo de portavoz que difunda las circunstancias de lo sucedido en el encierro. En cuanto a las zonas habilitadas para medios en el recorrido, se solicita un mayor control de acceso y seguridad que facilite su labor a los profesionales.
Como se puede comprobar en la lectura del documento, el respeto al toro es la guía y el objetivo que engloba a todos los demás. Lo acaecido en los festejos de 2015 se convirtió en punto de inflexión para empezar a analizar y trabajar, de manera algo más conjunta, por la defensa de los encierros de Cuéllar. Los resultados de este documento, su valor por parte del Ayuntamiento, entre otros colectivos que lo analicen, serán también analizados por la Comisión del protolo pasados los encierros de Cuéllar de 2016. No obstante, en el plazo aproximado de un mes, la Comisión también estudiará el modo de hacer llegar este documento íntegro a la opinión pública. Su valor real se comprobará en ese momento, ya que estos cuatro meses de trabajo de los participantes no hubieran servido de nada si no son los vecinos los que adoptan posturas de colaboración y entendimiento. Por parte de la Comisión, el trabajo más laborioso ya está ejecutado, a la espera de siguientes pasos.
