El Real Madrid hincó ayer la rodilla ante el Betis (1-0) en la decimotercera jornada de Liga, en la que los pupilos de José Mourinho ofrecieron una de sus peores versiones, alejados de la efectividad del pasado curso e inmensos en una profunda distancia respecto a su archienemigo por excelencia.
Los ‘merengues’, que acumulan cinco derrotas en lo que va de temporada, podrían finalizar la jornada a 11 puntos, una distancia considerable teniendo en cuenta el índice de efectividad culé, que no afloja el ritmo. El conjunto de Chamartín ofreció una pobre versión y, también, la Liga al Barcelona. Lo peor para el técnico blanco es que en el Villamarín no hubo un Rocchi de turno como le paso hace unos días frente al Manchester City en la Champions.
En épocas no tan lejanas se hubiera reclamado la destitución del técnico, pero ahora las cosas han cambiado bastante en la ‘casa blanca’. El técnico luso, que abandonó el feudo hispalense ovacionando a la afición bética, no tiene un patrón de juego, no define a su equipo hacia una dirección más allá de las excusas cuando el marcador le da la espalda.
El Betis fue mejor en la primera mitad, sobre todo tras el gol de Beñat, uno de los mejores del partido. El internacional vasco, con un disparo cruzado, batió a Casillas al cuarto de hora y apagó la ira de la afición verdiblanca, aún escocida por la dolorosa derrota en el derbi del pasado domingo.
Los visitantes, que no habían estado mal hasta el gol, se diluyeron por completo, sin la capacidad para conectar entre el centro del campo y los jugadores más adelantados. Karim Benzema, fuera de sitio; y Cristiano Ronaldo, desconocido, parece afectado por su desapego con la portería contraria. No había fútbol, solo balones lejanos que no tenían escrito el destinatario.
Tras el descanso, Mourinho agitó su estrategia y dejó a Özil en la caseta, al igual que su compatriota Khedira. Pero sus sustitutos, Kaká y Modric, no estuvieron a la altura de las circunstancias. El brasileño juega un compás por debajo del resto y el croata, con dosis de talento, no correspondió colectivamente en todo el partido. Un duelo que tuvo fueras de juego mal señalados en uno y otro bando. Fútbol, a fin de cuentas.
Di María, que también dejó su sitio a Callejón, lo intentó antes de ser reclamado por el técnico portugués; y Benzema, a la hora de partido, no acertó a rematar un centro de Cristiano que se paseó por la meta de Adrián, seguro en los lanzamientos lejanos. Las faltas del ‘7’ blanco tampoco fueron razón para tocar la red contraria.
Con los ‘merengues’ a la contra y Sergio Ramos de mediapunta, Salva Sevilla estuvo cerca de colocar el segundo en una acción escorada en la banda izquierda. Restaban 10 minutos y la impaciencia se vestía de blanco. Todo sonreía a un Barça que ya se frota las manos. Si los de Tito Vilanova ganan al Levante, la distancia se haría infinita para un Real Madrid que no trasmite buenas vibraciones. Esta vez, ni los números dieron la razón a su entrenador.
El club mantiene viva la polémica.- El Real Madrid sacó ayer a la luz una nota que la UEFA le envió, en donde le comunicaba que Mourinho llegaría a los 100 partidos en la Champions ante el City. Aitor Karanka afirmó que el luso recibió una llamada de un técnico que le confirmó que cuando cumplió 100 encuentros recibió una placa conmemorativa. Sin embargo, el de Setúbal no fue homenajeado y su ayudante insinuó que no recibe el mismo trato que el resto.
