El Ayuntamiento consultará a los vecinos de la calle Echar Piedra sobre las dos opciones que existen para urbanizar el vial y para el qeu se han aprobado dos proyectos: uno con un doble carril de circulación, y otro para un solo sentido y dotar el resto de paso peatonal.
Según el alcalde, Pedro Arahuetes, serán ahora la asociación de Vecinos de San Lorenzo y los propios vecinos de la vía quienes decidan en el plazo de un mes cuál de las dos soluciones aprobadas para urbanizar esta calle será la que licite inmediatamente el Ayuntamiento, para su posterior ejecución en el plazo de seis meses. Lo que se proyecta es la urbanización integral de la calle a lo largo de los 242,50 metros que componen su desarrollo longitudinal, entre las calles Cardenal Zúñiga y los Molinos. Debido al convenio firmado entre el Ayuntamiento de Segovia y los propietarios de las parcelas afectadas será posible proyectar y urbanizar la calle con un ancho de diez metros.
Con esta solución, y conjuntamente con la nueva calle Jerónimo de Aliaga —abierta esta misma semana—, se completa el “circuito de circunvalación” a la Plaza del Barrio de San Lorenzo con lo que el Ayuntamiento de Segovia conseguirá cumplir el viejo objetivo de suprimir la circulación del tráfico (salvo para residentes y servicios públicos) a través de ella.
Con esta urbanización se dotará a la calle no sólo de todas las infraestructuras necesarias, como abastecimiento, saneamiento, alumbrado público, telecomunicaciones, distribución de energía eléctrica y gas natural, sino también de una pavimentación de la que ha carecido hasta ahora.
Arahuetes mostró su opinión personal para indicar que preferiría una calle de más uso peatonal. Y justificó su postura indicando que un doble carril no solucionará los problemas de circulación que se dan con el ‘cuello de botella’ que se forma en el Puente de San Lorenzo.
La urbanización de la calle Echar Piedra, en la que vive una docena de vecinos, tiene un plazo de ejecución de seis meses. Antes será preciso sacar a información pública los proyectos, para dar un plazo de alegaciones de un mes. En noviembre se podría licitar con la publicación de las ofertas, para adjudicarse en enero del próximo año. En febrero o marzo podrían arrancar las obras y en septiembre u octubre, elegir el sentido que se dará a la calle. De este modo, el alcalde calcula que podría estar terminada la obra dentro de un año “siempre que no se produzcan retrasos en todos estos plazos”.
