Hace una semana estaba presente en el Congreso, cuando la ministra de Industria, Comercio y Turismo Reyes Maroto manifestó, que acababa de llegar de una reunión de turismo en Cabo Verde y que vio cómo España era considerada como un referente mundial en Turismo y, ni corta ni perezosa, dijo y “a mi me ven como una líder del turismo”. Nos quedamos todos boquiabiertos al ver su humildad, cuando todos los que estábamos allí, hablábamos de que España había perdido en 2020 por la falta de turismo, 82.000 millones de euros y se habían perdido cientos de miles de puesto de trabajo.
Este lunes y con ocasión del desastre volcánico de la isla de la Palma y, poder ver todos en vivo y en directo y de alguna manera sentir el miedo, el horror, el temor que sufrían los vecinos de la Palma, no se le ocurrió otra cosa a la Ministra decir, que era un espectáculo maravilloso y que lejos de asustar, debería verse como una oportunidad única y un reclamo turístico.
Viendo estos días las imágenes de televisión, espectaculares sin duda, pero contemplando a los vecinos palmeros, cómo la lava avanzaba lenta pero inexorablemente, llevándose todo lo que pilla a su paso, sus casas derruidas, sus vidas y sueños rotos, su pasado y su futuro destrozado, sus recuerdos más queridos perdidos y, oyéndoles también llorar, o hablar con palabras entrecortadas o entre sollozos, intentando recoger en 15 minutos toda una vida, se me empañaba el alma. Pero ante este dolor retardado, porque van viendo como poco a poco se va produciendo el desastre, o desapareciendo aquello por lo que tanto han luchado, y que guarda el recuerdo y la historia de tantas vidas y seres queridos, me estremecía por dentro al recordar las palabras de la ministra de “que era un espectáculo maravilloso y que lejos de asustar, debería verse como una oportunidad única y un reclamo turístico”.
Qué horror, qué pena, que falta de empatía, de sentimiento, de proximidad y que frialdad cuando todo se reduce a marketing y sólo se ve oportunidades de negocio de futuro, sin considerar la situación por la que están pasando miles de personas y más aún cuando en el presente y en el pasado más reciente, la Ministra ha sido absolutamente incapaz de sacar adelante y ayudar, como en otros países vecinos, a la industria, al comercio, a la hostelería y al turismo de España. Estas palabras de la Ministra han sido titulares de periódicos y noticiarios internacionales, criticando su falta de responsabilidad, y han hecho mucho daño tanto a los sentimientos de los palmeros como a los intereses turísticos españoles, pero eso sí, alardea de ser líder del turismo.
Mientras tanto, el Gobierno de Sánchez no sólo permite el homenaje a los condenados por terrorismo de ETA y en particular del sanguinario Henri Parot, si no que en las Cortes rechazaba con sus votos actuar contra los homenajes de los etarras, porque depende de sus votos para la aprobación de los presupuestos generales del año que viene. Y esto si que es un espectáculo, pero de la vergüenza, la ignominia y la traición a las víctimas y a todos los españoles. Cómo ya le dijo el socialista Múgica, es preferible perder votos que perder el alma, palabras también dirigidas al diputado del PSOE que dice defender a Segovia.
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(*) Diputado Nacional del PP por Segovia.
