Ha vuelto al pueblo de sus padres para dedicarse a lo que mejor sabe hacer. Decidido, valiente y con los pies en la tierra, José lleva tras de sí muchos años de experiencia en el mundo de la peluquería. Comenzó con apenas 14 años de la mano de su madre, y no le hizo falta mucho más tiempo para darse cuenta de que en este oficio estaba su futuro. Siempre se ha confesado un mal estudiante, pero le bastaron 6 meses para sacarse el título que le acreditaba como peluquero, algo que le vino de perlas mientras hacía el servicio militar. A partir de ahí todo fue rodado.
Decidió seguir su propio camino para definir su estilo: durante 2 años estuvo trabajando en Las Rozas para después abrir su propio negocio en Madrid con 21 años; y fue allí donde recibió la visita del jefe nacional de ventas de Helen Curtis, la marca de productos para el cabello con la que José trabajaba en exclusiva. Le ofreció trabajar con ellos como técnico de formación, y sin pensárselo se lanzó a esta aventura. Una dilatada experiencia que le ha hecho pasar por distintas etapas; incluso llegó a montar una peluquería en Prádena: “mi lugar”, sostiene.
En algún momento de su vida, José dejó aparcado el oficio de peluquero para dedicarse a conducir camiones.
Circunstancias de la vida le llevaron a aterrizar en Telde (Gran Canaria), donde abrió otra peluquería, además de trabajar como formador para una de las marcas punteras en el sector. Después de 3 años volvió a la península para estar más cerca de los suyos, pasando primero 4 años en Andalucía para regresar hace unos meses a Prádena. Hace 3 meses que ha abierto ‘4ª Generación’, una barbería con toques vintage que hace honor a sus antepasados, ya que su abuelo y bisabuelo eran barberos de profesión. Enfocada sobre todo al público masculino, por supuesto, las mujeres son también bienvenidas, ya que José es especialista en ofrecer a cada una lo que más les favorece. Un trabajo bien hecho por manos expertas, combinado con productos adecuados, es lo que marca la diferencia.
