La pandemia puso en peligro la supervivencia de un buen número de sectores y, entre ellos, no podía faltar el pequeño comercio. El pasado año, las papelerías y librerías de la provincia de Segovia vieron cómo la actual crisis sanitaria reducía en gran medida sus ingresos, algo que ocurría de manera generalizada en todas las áreas económicas. “La gente compraba lo básico, no se daba tantos caprichos como antes”, afirma el propietario de ‘Todo útil’, Roberto Manso.
La competencia de las tiendas con bajos precios y de las grandes superficies comerciales ha dejado su huella en los resultados del comercio local. Pero si hay algo que hace que sus cuentas se resientan en mayor medida, son las numerosas plataformas digitales de compra e intercambio de libros de segunda mano, un mundo en el que se han adentrado cada vez más personas a lo largo de la pandemia. Esto se debe a que los libros escolares suponen un gasto no apto para todos los bolsillos. Y los problemas aumentan cuanto mayor es el número de hijos. “Los pequeños negocios tienden a desaparecer, porque lo nuestro lo venden en todos los sitios”, explica la encargada de Suministros Herranz, Natalia Ángel.
Los préstamos entre conocidos y la compra de libros de segunda mano a través de páginas web se han extendido con rapidez entre los estudiantes, lo que permite a las familias aliviar la ‘cuesta de septiembre’. En estas páginas, los usuarios pueden contactar con el vendedor de forma directa y sin requerir intermediarios. Incluso famosas cadenas de librerías, como la Casa del Libro, han creado su propio portal para gestionar la compraventa de libros de segunda mano.
A su vez, hay colegios e institutos que cuentan con un banco de libros de segunda mano, puesto en marcha por el AMPA.
Así, la crisis económica ha impulsado a un número mayor de familias segovianas a ahorrar y, con ello, a comparar precios y valorar los costes de envío que implica la compra online, ya que a partir de determinado gasto el envío es gratuito, lo que se convierte en un aliciente más.
El comercio local, en riesgo
En los años previos a la pandemia, el pequeño comercio en Segovia ya experimentaba una tendencia descendente, que ahora parece haberse acelerado. “Pensamos que la decadencia en las ventas que había antes de la pandemia en el comercio minorista va a seguir, aunque será menos pronunciada”, advierte Manso.
Algunas papelerías suministran material de oficina a ciertas empresas segovianas, lo que les permite no vivir solo de la ‘vuelta al cole’. Es por ello que, junto con las librerías, esperan que, con la mejora de la situación sanitaria, puedan mejorar también sus datos y, de esta forma, recuperar los niveles de 2019.
