En un final emocionante, el Viveros Herol Nava logró el billete para la final de la Copa Castilla y León de balonmano tras imponerse al Atlético Valladolid en un partido en el que los segovianos fueron mejores, y solamente su desacierto en los compases finales propició que su rival se viera con opciones.
No se esperaba un encuentro precisamente de ritmo alto, habida cuenta del calor que reinaba en el Palacio de los Deportes y las alturas de la pretemporada en la que se encuentran tanto el Atlético Valladolid como el Viveros Herol Nava, que apenas lanzaron contragolpes y jugaron un buen número de ataques posicionales.
Guiado por las intervenciones de Yeray Lamariano con seis paradas en ochos minutos, y el acierto de Jorge Serrano desde el extremo, con tres goles de los primeros cuatro de su equipo, fue el conjunto pucelano quien lideró el marcador, pero con diferencias escasas porque el Balonmano Nava se apoyaba en Rodrigo Pérez y en Jakup Prokop para mantenerse en el electrónico.
Mediado el primer tiempo, y tras un contragolpe de Diego Camino que Haris Pleh detuvo con la cara, el choque comenzó a cambiar de signo. Nava elevó el nivel de su 6:0 defensivo, que apunta a que tendrá una mayor movilidad que el del pasado curso, y dos tantos consecutivos de los segovianos pusieron el 10-11 en el marcador, con el técnico del Atlético Valladolid, David Pisonero, obligado a pedir tiempo muerto porque sus jugadores no lograban encontrar los espacios que se habían abierto en los primeros minutos del choque.
Más compacto
El tiempo muerto apuntaló las ideas ofensivas de los vallisoletanos, que aprovecharon la exclusión de Chrysanthos para endosar un 3-0 que le devolvió la iniciativa en el marcador con Jorge Serrano de nuevo como estilete. Pero Nava tiró de sus veteranos para llegar al descanso con ventaja tras los tantos de Mota y Adrián Rosales.
Una exclusión para Adrián Rosales inauguró el segundo tiempo, que mostró a un Viveros Herol Nava mucho más acertado en el apartado ofensivo. En inferioridad el equipo segoviano logró amagar con romper el partido, con un 15-18 tras un gol desde el extremo de Vujovic que obligó el técnico del Atlético Valladolid a cambiar el sistema, subiendo la defensa hasta un 3:3 que rompió el ritmo ofensivo de los segovianos, igualando de nuevo el duelo.
Pero en cuanto el equipo navero se adaptó a la defensa abierta que le propuso su rival, y las rotaciones de Valladolid comenzaron a bajar el ritmo, los goles volvieron a caer sobre el marco de Yeray Lamariano. Prokop y Djukic golpearon desde el lateral, la defensa estuvo a buen nivel, y Pablo Herranz y Chrysanthos sumaron desde los seis metros.
De esta manera, lo que parecía un partido igualado se desniveló a favor del Nava en unos muy buenos minutos de los de Zupo, que si no obtuvieron más rédito de los cinco goles de ventaja fue por los errores en la salida de los contragolpes, que al final se mostraron importantes para la suerte del encuentro.
Minutos finales sin control
Porque la remontada del Atlético Valladolid comenzó a fraguarse a base de los errores de los segovianos. Una cosa es remar y otra controlar, y en ese aspecto todavía queda trabajo por hacer en el Viveros Herol, que sumó pérdida tras pérdida hasta encajar un parcial de 5-0, con varios goles recibidos pese a estar en superioridad, y que llevaron el partido a un 26-26 con posesión para Valladolid.
Afortunadamente para el Balonmano Nava, el ataque pucelano se estrelló en el palo, y en la última ofensiva segoviana Rodrigo pudo dar continuidad al ataque para que Nicolo consiguiera anotar el 26-27 a poco más de medio minuto para el final. La defensa de Chrysanthos y Filipe Mota en el centro hizo el resto, dejando el último ataque del Atlético Valladolid en nada, clasificando de esta manera al conjunto segoviano para la final de la Copa Castilla y León que disputará en la mañana de hoy frente al Ademar de León.
