Como ordena el guión, el Ejecutivo apeló ayer a una rotunda negativa como respuesta a los cada vez más insistentes rumores que desde hace meses anticipan que el presidente Zapatero remodelará a fondo su Gabinete una vez que termine el decepcionante semestre de la Presidencia de la UE. Ante el recrudecimiento de las informaciones que dan por hecha la salida de varios ministros, incluida la titular de Economía, Elena Salgado, quemada a juicio de muchos, el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, que tiene su puesto asegurado merced a su condición de presidente del PSOE, aseguró que el inquilino de Moncloa no tiene «ninguna intención» de cambiar «ahora» el Gobierno. En un intento por dar credibilidad a sus palabras, el otrora jefe andaluz dijo haber escuchado tal afirmación de los propios labios de Zapatero. «Por lo que nos comunicó», el presidente tiene «claro» que no habrá cambios, una decisión que le compete en exclusiva y que puede tomar cuando crea conveniente.
Por supuesto, tan previsible argumentación no sirvió para acallar las habladurías que, cada día con más fuerza, se han extendido ya por los grupos parlamentarios, hasta el punto de que en los pasillos del Congreso circulan multitud de quinielas con los ministros salientes y los futuros ministrables.
A tales especulaciones tuvo que enfrentarse el titular de Fomento, José Blanco, quien, tras ser interrogado con respecto a si él veía en el futuro Consejo a «pesos pesados» como el ex ministro Javier Solana o el economista Guillermo de la Dehesa, replicó con cierto desagrado: «Ya la hemos fastidiado, yo que estoy haciendo una dieta de adelgazamiento lo tengo complicado por eso del peso pesado. Empiezo a pensar, de verdad, que estoy en baja forma», argumentó el también número dos del PSOE antes de reiterar que no estaba dispuesto a «dar pábulo a las especulaciones».
Cabe recordar que el germen de tales cotilleos no surge de una especulación periodística, sino de las propias palabras del presidente Zapatero quien, preguntado expresamente al respecto en una rueda de prensa en Roma, no fue capaz de desmentir de forma tajante en público dicha posibilidad. Cuando se le interrogó con respecto a si tenía previsto seguir el ejemplo de los barones autonómicos que han decidido adelgazar el tamaño de sus Gabinetes, el líder socialista se limitó a señalar que ningún presidente anuncia lo que va a hacer con su Gobierno. «Si lo hace lo hará, pero no lo anunciará; y, si no lo hace, pues no lo hará», respondió críptico el jefe del PSOE.
Poco le impresionaron tales desmentidos al portavoz parlamentario del PP en el Senado, Pío García-Escudero, quien, no conforme con esa posible criba en el Ejecutivo, aprovechó la sesión de control en la Cámara Alta para reclamar al propio presidente del Gobierno que se haga «a un lado» porque abandonar su cargo sería un acto de «auténtica responsabilidad» y daría «credibilidad y confianza» en el futuro.
A juicio del conservador, el socialista «tiene al país sumido en una depresión muy profunda», una realidad que, según recalcó, han puesto de manifiesto tanto el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) como «su propio compañero Felipe González». «Su descrédito hoy es un lastre, es un lastre para una sociedad que está necesitando urgentemente un cambio de rumbo», enfatizó el popular.
En referencia a la tan cacareada remodelación del Gobierno, García-Escudero recurrió a la ironía y se preguntó «¿para qué» haría falta cambiar a algunos ministros dado que Rodríguez Zapatero «es como Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como, y no le hace falta contar con nadie». «Es usted el ministro de Deportes, de Economía, de Trabajo, de Seguridad Social. Usted puede perfectamente reducir el número de ministerios y dejarlos en la mínima expresión, y eso que le agradeceríamos todos los españoles», resaltó el dirigente del PP.
La respuesta del jefe del Ejecutivo consistió en una crítica personal al compañero de Rajoy, a quien reprochó que «siempre» concluya sus intervenciones en las Cortes con esa petición, «sea cuál sea el tema» que aborde. «Es usted un hombre de carril fijo y se hace todas las preguntas y se da todas las respuestas», zanjó el socialista.
