Hojeaba yo sin dirección concreta números atrasadísimos del Boletín Oficial de la Provincia de Segovia, que no les sugiero como lectura principal para superar el verano, hacía mediados del mes de mayo 1845 veo/leo anuncio que autoriza y firma el gobernador civil y jefe político, José ‘Pepe’ Balsera, y que a los efectos transcribo:
«En el edificio ex Convento de Capuchinos (1) se ha establecido una fábrica de de cerveza de todas clases…. ¿Sería esta la primera fábrica de cerveza que Segovia tuvo en el pasado? De aquel entonces se han superado los 175 años y aquella historia tuvo otras ‘derivadas’ de las que dejo constancia.
La referida cervecera que inició su actividad en plena desamortización ‘propuesta’ por Juan Álvarez Mendizábal (gobierno progresista), permaneció en régimen de alquiler en el ‘local’ durante dos años. Sabemos también que contó con despacho en el inicio de la calle Gascos, junto al Acueducto, donde vendía el producto de forma directa ¿Precios? (como ejemplo), por botella pequeña de 5 copas se pagaban 11 cuartos (2). En ‘plano’ curiosidad, dejo constancia de que si el cliente llevaba su propio vaso, que era habitual, le servían ‘a precios diferentes».
Continúo hojeando los papeles y así quedo enterado que la susodicha empresa se reestructura y anuncia en el BOP que traslada su actividad a la Plaza de San Nicolás nº 4 ‘lugar donde estuvo ubicado el Cuartel de la Guardia Provincial. En el mismo anuncio se deja constancia que será en el mismo sitio donde la empresa ‘expenda sus bebidas’. Era la fecha de 13 de agosto de 1847.
En opinión del informador, después del busca que te busca, esta fue, pudo ser, la primera empresa cervecera en Segovia. Pero no la única en aquellos tiempos. Constato, tras haber empleado el mismo método de búsqueda, que en julio de 1847, inicia fabricación de cerveza Miguel Morillo. Lo hace en el local de su propiedad, Canonjía Nueva nº 1, allí se ubicaba el Café Morillo ‘donde se expenderán los productos (cerveza de espuma alemana (3) y limonada de gas), ‘a precios equitativos’ rezaba el anuncio. Solamente un año permaneció la actividad. El local ‘ejercía’, a su vez, de casino y villar.
Diez años después, en publicación Estadística Administrativa de la Contribución y del Comercio, Segovia figura con una sola empresa, entre las 41 que en España que la fabrican, si bien no se determina su ubicación ni nombre de la misma.
Sin salir de la capital, sepan que en el año 1870, Antonio Sancho, médico, director del Balneario Segoviano en c/ San Francisco, inició la actividad de fabricación, si bien debió ser durante un corto espacio de tiempo, pues ni en la propia información –folleto-, del referido centro se recoge la actividad.
De oca a oca y tiro porque… me lleva la corriente. Describo cual narra Diego de Colmenares ‘Historia de Segovia’ (por resumir título), el incendio del chapitel (4) de la torre de la Catedral, que tras el suceso dejó de ser la cúpula más alta de España. Perdió ocho metros de su altura inicial.
«Jueves diez y ocho de septiembre de mil seiscientos y catorce años, a las siete de la tarde, después de gran tempestad, tocó un rayo en el chapitel de nuestro templo catedral. El enmaderamiento era grande para sostener el mucho plomo que le cubría: estaba muy seco, al punto comenzó a arder la madera y derretirse el plomo. Convocase toda la ciudad, procurando defender las campanas y sólo peligró la del reloj derretida con el fuego. Cerró la noche con mucha oscuridad y vientos, y cuando nuestros ciudadanos fatigados y lastimosos miraban el chapitel de la torre abrasado en media hora, comenzaron a arder los enmaderamientos de los tejados del templo».
(1) Convento de San Buenaventura, Orden de los Hermanos Menores Capuchinos Fundado en 1637 por los Condes de Cobatillas. Sufrió saqueos y daños el edificio durante la guerra de la Independencia. La exclaustración ‘cerró’ el convento en 1835. Tuvo uso militar hasta 1929, cuando llegaron las Hermanas Oblatas. Estuvieron hasta 1996. Ahora hotel.
(2) Un cuarto igual a cuatro maravedís; 1 maravedí igual a 0,10 céntimos de euro.
(3) La botella grande ‘la alemana’ se vendía al precio de 2 reales,
(4) Pieza piramidal, poligonal o cónica, que remata la parte superior de una torre o cubierta, generalmente de una iglesia.
