Hace años que su madre le dijo una frase que no ha podido olvidar. La recuerda con emoción. “Ojalá seas tan feliz como en los escenarios”, le dijo. Esto significa mucho para la cantante Rebeca Jiménez. Le sigue invadiendo la emoción cada vez que termina una de sus actuaciones. La música siempre ha jugado un papel clave para ella.
Lleva toda su vida vinculada a este mundo. Empezó a estudiar piano y solfeo con apenas seis años. En las reuniones familiares y las quedadas con amigos, era ella la que ponía el toque musical. Le pedían que “cantara algo”. Al principio lo hacía como un hobby. Por aquel entonces no podía imaginar que esta iba a ser su profesión. Compaginaba la música con su vida. Hasta que un día, esta se convirtió en su día a día.
“Cantar es un acto muy sanador”, asegura la segoviana. Las canciones le han ayudado a sacar sus emociones. Aunque su pasión también le ha hecho vivir momentos complicados. Es una lucha continua. A veces siente que, a pesar de “querer muchísimo” a la música, esta le hace “daño”. Jiménez ha llegado a la conclusión de que, en realidad, es lo que le salva. Ha tenido que hacer un proceso de reconciliación: “Nunca la voy a poner a ella como la parte mala”, afirma.
Se formó entre Valladolid, Madrid, Viena y México. Esto le ha hecho convertirse en la artista que es hoy. Todo lo que ha vivido le ha ido enriqueciendo. En Viena arrancó la primera etapa de su carrera, que fue electrónica.
Pero fue su paso por México lo que le marcó de verdad. Allí se lanzó a escribir rancheras. Confirmó quién es una de sus principales referentes: la “maestra” Chavela Vargas. Y escribió casi todo el disco de ‘Tormenta y mezcal’. Se siente unida de una manera mágica al país. “No sé por qué he desarrollado este amor tan profundo”, sostiene. Lo cierto es que vivió una “aventura americana”, como llamó a una de sus canciones.
Jiménez ha podido cantar con Miguel Ríos. Ella estaba en el colegio mientras él triunfaba por el mundo. Verse en el escenario junto al intérprete, fue un sueño.
A lo largo de su carrera le han pasado cosas “alucinantes”. Cree que lo difícil no es llegar (que también), sino mantenerse. En octubre tiene previsto sacar su nuevo tema (su videoclip lo grabó en Segovia). Además, está inmersa en el espectáculo ‘Agitado y mezclado’: un proyecto “precioso” de música y poesía. No le pone límites a su carrera. Sigue apostando. Y espera seguir ganando.
