La pandemia paralizó el mundo. Como no podía ser de otra forma, hizo lo propio con este sector. Pero hay algo que diferencia a las autoescuelas de Segovia de otros negocios: se han recuperado a un ritmo vertiginoso. Aunque lo han hecho con cambios de tendencias que no se habían presenciado antes.
El verano siempre ha sido la época fuerte para los centros de conducción. O, más bien, lo era. Una vez finalizan sus estudios y comienzan sus vacaciones, los jóvenes aprovechan estos meses para obtener el permiso de conducir. “Antes se matriculaban en junio y en los tres meses de verano se lo sacaban”, relata el propietario de Autoescuela La Albuera, Jesús Rojo.
En cambio ahora, desde que se matriculan, hasta que les dan fecha para presentarse al examen teórico y al práctico, la falta de profesores hace que las escuelas de conducción vayan con retraso. Con la nueva fórmula de exámenes, en verano tan solo se fijan tres fechas: a finales de julio y a mediados y a finales de agosto. Todo esto impide que buena parte de los alumnos se hagan con el permiso de conducir durante la época estival. Por ello, “algunos optan por sacarse el teórico y esperan a obtener el práctico al año siguiente”, argumenta el director de Autoescuela Avenida, Rubén Gómez.
Este año, a pesar de que la matrícula estival se mantiene al alza, buena parte de los centros de formación han detectado un descenso en el número de alumnos que acuden a las clases teóricas de forma presencial. Esto se debe, en algunos casos, “al miedo que aún tienen muchos”, asegura el propietario de Autoescuela Don Bigote, Danail Angelov. Esto le lleva a pensar que “no se podrán alcanzar” las cifras prepandemia.
Por el contrario, a Autoescuela La Albuera, en marcha desde 1992, la pandemia no les ha bajado el trabajo. De hecho, lo que no pudieron hacer durante los meses que estuvieron parados, “lo llevan ahora de retraso”, explica su director. Algo similar sucede con Autoescuela Avenida, que tiene las clases “siempre llenas” en esta época del año, lo que les “ha sorprendido gratamente”.
Frente a lo que ocurre en otras provincias, la mayor parte de las autoescuelas de Segovia aprovechan que la DGT no cierra en verano para poder trabajar durante el mes de agosto y seguir presentando a gente a examen.
Obligados a adaptarse
El pasado año, la crisis sanitaria y los confinamientos hicieron que tuviera que posponerse el examen de un buen número de alumnos. Durante tres meses (desde el 14 de marzo hasta el 8 de junio), las escuelas de conducción detuvieron por completo su actividad, lo que les obligó a organizarse y, en algunos casos, a hacer uso de sus ahorros.
Tuvieron que innovar: crearon grupos de WhatsApp con los alumnos. El objetivo era “no dejarlos abandonados”, en palabras de Angelov. Todos los días a las 12:00 horas les mandaba 10 preguntas y les dejaba 10 minutos para responderlas. A aquellos que aprobaran tres test sin errores les regalaba prácticas. De esta forma pretendía motivarlos.
En 2021, las autoescuelas no han logrado escapar del impacto de la pandemia, lo que les ha hecho adaptar su forma de trabajar. Además del uso de mascarilla, hay quienes obligan a sus alumnos a utilizar guantes durante la conducción y desinfectan el vehículo una vez concluye la clase práctica.
A pesar de que estos casos no han sido especialmente significativos, entre los examinadores y los alumnos se han producido contagios.
No todo ha sido negativo. Entre enero y junio de este año, el número de pruebas para obtener un permiso de conducir fue de 6.593, un 141% más que en el año anterior. Esto significa que han logrado mantener el ritmo de exámenes, ya que la jefatura en Segovia “afortunadamente no ha tenido que cerrar exámenes, ni la atención al ciudadano en ningún momento”, explica la Presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Segovia, Irene Herranz.
Hace tiempo que las autoescuelas de Segovia viven el día a día. No pueden planificar lo que ocurrirá en los próximos meses. No les ha quedado otra que adaptarse a las circunstancias. Y parecen haberlo hecho con creces.
