Comenzó la tarde amenazando tormenta, consecuencia del calor extremo que empezó a formar cúmulos nubosos que presagiaban un inminente aguacero. Sin embargo, el tiempo respetó la celebración del merecido homenaje que el pueblo de Cascajares, en el Nordeste de Segovia, rindió hace unos días a sus cocineros, tras varios intentos fallidos por realizar el evento en el pueblo que les vio nacer y cuyo nombre han paseado por los mejores restaurantes de Madrid.
Jesús Barbolla, Vicente Villas, José Ramón Martín, Pablo Caridad, Ángel Gutiérrez, Zacarías Martín, Julián Barbolla, Alejandro Martín, Ovidio Pereira, Alfredo Barbolla, José Sanz, Miguel Villas, Antonio Martín, Francisco Vicente, Ricardo Pereira, Rafael Sanz y Luis Yunquera fueron los diecisiete protagonistas de la tarde, en un acto organizado por la asociación cultural del pueblo y que contó con la presencia de Antonio Horcajo, presidente del Centro Segoviano de Madrid, y Juan Yunquera, periodista de profesión, natural de Cascajares, y uno de los artífices de la realización del libro ‘Cascajares. Tierra de cocineros’, que narra la historia de cada uno de estos hombres que un día salieron de su pueblo en busca de un futuro y hacer de su pasión una profesión de éxito.
El Asador Donostiarra, Txistu, Maldonado 14, El Senador, Jockey o el mismo Senado son solo algunos ejemplos de las grandes cocinas en las que estos profesionales han dejado su huella con esfuerzo y el entusiasmo de lo que mejor saben hacer.
Estuvieron todos, a excepción de Vicente Villas y Rafael Sanz, que disculparon su asistencia, no sin mostrar su agradecimiento a los vecinos por tan sentido homenaje. Alrededor de doscientas personas estuvieron presentes en este acto, en el que se entregó a cada uno de los cocineros una placa conmemorativa y la fotografía que inmortaliza las páginas de un libro que muestra, aparte de un gran legado culinario, una parte de la historia de nuestro país en la que muchos tuvieron que dejar su tierra. Una tierra de la que sienten un profundo orgullo y a la que les gusta volver siempre que pueden.
