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Ventorros y ventorrillos

por José Luis Salcedo
15 de agosto de 2021
en Segovia
El ventorro del Puente de Hierro. / JP VELASCO SAYAGO

El ventorro del Puente de Hierro. / JP VELASCO SAYAGO

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Al hablar de estos establecimientos hosteleros en Segovia, nos referimos a los que conocimos hasta la mitad el siglo XX que en general nacieron para ser lugares de descanso y sustento de arrieros y demás caminantes así como de dar acomodo a sus medios de transporte con sus caballerías, lo que no es óbice para que fueran lugares visitados por el público en general teniendo una gran aceptación, que con el tiempo fueron perdiendo su primitivo origen desapareciendo muchos y transformándose y ampliándose otros para adaptarse a la actualidad habiendo llegado con gran éxito hasta nuestros días. Una característica de estos establecimientos fue estar ubicados en el extrarradio, afueras o distantes del núcleo urbano. La literatura española se hizo eco de los mismos por ejemplo se citan reiteradamente con el nombre de ventas en ‘El Quijote’, y en la magnífica zarzuela ‘El cantar del arriero‘, libreto de Serafín Adame y Adolfo Torrado y música de Fernando Díaz Giles, se dignifican.

Comencemos por la antigua carretera de Boceguillas (hoy Vía Roma):

  • El ventorrillo de San Lorenzo: Existe todavía el edificio pero tuvo una vida efímera. Se situó en la hoy Vía Roma, 7.
  • El ventorro de Mocheta: Nace por los años 40 y perduró unos 30 años. Fue como una sucursal del Bar Mocheta de la calle de Gascos, 3. Era un establecimiento de una planta de construcción humilde pero que daba buenas meriendas económicas. Se situaba en la carretera de Boceguillas, p.k. 2.
  • La Venta la Mina o Ventorro de Magullo. Fue en el año 1880, cuando Don Samuel y Doña Maximina fundan la que se denominó en sus orígenes ‘Venta la Mina’ que los segovianos conocimos como el Ventorro de Magullo. En sus inicios sirvió como lugar de paso de arrieros, mercaderes y transeúntes que, mayoritariamente, venían a la ciudad por cuestiones de negocios, encontrando en ella un sitio donde poder comer y descansar dejando a salvo sus enseres, mercancías y animales.

Por los años centrales del siglo pasado estuvo regida por la familia del hijo de los fundadores: llamado el señor Anastasio. Este tenía dos hijos y una hija. El que habitualmente atendía se llamaba Rufino. Durante la Guerra Civil y años posteriores se dieron bodas cuyo plato principal fue la paella. De niño asistí a tres de mis tíos. Mantuvieron el ventorro hasta el 2 de enero de 1979, que pasó a los Hermanos Calle pero esto ya es otra historia. Dirección actual: Calle Rafael de las Heras, 1, 40196-La Lastrilla.

  • El ventorrillo de San Marcos. Allá por los años 40 de siglo pasado existió un ventorrillo situado en la confluencia de la calle de San Marcos con la subida a Zamarramala. El edificio se conserva pero se ha hecho un cerramiento que actualmente está lleno de vegetación y no permite ver el lugar tal como era entonces. Afortunadamente José María Heredero Arribas, el, gran fotógrafo y acuarelista, siendo natural del barrio de San Marcos, tuvo la buena idea de reflejarlo en su prístino origen; ese cuadrito me lo regaló y lo conservo como oro en paño. Así que le expongo en estas líneas para recreo del lector.
  • El ventorro del Pito estuvo situado en el número 2 de la Carretera de Arévalo. A finales del siglo XIX el padre de Agapito Marazuela, natural de Valverde que era guarnicionero, dejó este oficio para dedicarse al negocio del vino. Por entonces los arrieros recorrían los caminos, haciendo escala o parada en las ventas. Partían de Segovia para volver al cabo de unos días con los carromatos repletos de los pellejos o cubas. Agapito acompañaba a su padre en estos viajes, y en las ventas y posadas, demostraba ya sus habilidades musicales. Después la familia se trasladó a Segovia para abrir una taberna, y finalmente instaló en el llamado ventorro del Pito. Ya al comienzo de la Guerra Civil fue cerrado. El ventorro del Pito no se abrió nunca más al público siendo la habitual residencia de Agapito auxiliado pos su ama de llaves.
  • Bar Ventorro Villa Rosa: En el número 6 de la carretera de Arévalo nos encontramos este clásico ventorro cuya institución se hunde en el primer tercio del siglo pasado. A lo largo de tantos años ha sido varias veces reformado y cambiado de titular pero ahí sigue. Dispone de un jardín-terraza muy agradable. La ambientación recuerda a las tabernas de pueblo del siglo XIX.
  • Ventorro de San Pedro Abanto: Edificio estudiado por el canónigo Santos San Cristóbal Sebastián el Ventorro de San Pedro Abanto está situado en el alfoz de Segovia y enclavado en un cruce de caminos. Hasta el Siglo XIX y desde 1486 se mantuvo el culto en esta antigua Iglesia Mudéjar y Convento de San Juan de Requipada tras lo que se convirtió en un ventorro de parada y fonda de arrieros.

Nada más entrar al Zaguán empedrado se ve como se guarda el sabor de la posada, con su gran mostrador y en invierno con la estufa de leña y su chimenea. El aroma que sale de su cocina castellana, los platos y la decoración de suelos y techos se mantienen inalterados después de más de cinco siglos.

Por mi época fue regentado por Francisco Castellanos sirviendo vino, escabeche, lomo, jamón y chorizo. Por los años 70 paso a manos de un tal Victorio y posteriormente a Roberto González. Su dirección es Carretera de Arévalo, número 28, barrio de Zamarramala, Segovia.

  • Ventorro de Villa Ángela: En los jardines de la Maestranza se vendieron terrenos colindantes al precio de 25 cts de peseta el metro cuadrado a don Santiago Monedero.
    Entre lo vendido estaba el ángulo sureste, donde el comprador edificó una modesta casa a la que dio el pomposo nombre de villa, añadiendo el de Ángela que posiblemente fuera el de su esposa.

Montó allí un ventorro con una pista de baile. Y la gente que acudía, tomando el todo por la parte, bautizó el lugar como Jardín de Villángela, algo que el Ayuntamiento, no muy bien informado, ha oficializado.

Siendo niño conocí a dos hijos de titular de Villa Ángela que fueron Marcos y Mónica que ésta tengo entendido que profesó como monja.

En mi época era un lugar muy frecuentado y muy fresco ya que los jardines siempre estuvieron muy cuidados. Con la última remodelación de estos terrenos ha desaparecido de raíz el antiguo ventorro de Villa Ángela no así el jardín que ha rejuvenecido. Su dirección era Carretera de San Rafael, 3, Segovia.

  • El ventorro de Chamberí: El vértice sureste de la Dehesa, en los altos de la misma, se conoce de antiguo por el apelativo de Chamberí. Así se llamó el ventorro que hasta hace pocos años hubo junto a la carretera de La Granja, y así ha llegado a nuestros días. Fue fundado por Florentino Torrego Illanas por los años 1920. Este señor era natural de Aguilafuente hermano de Luisa la patrona de Antonio Machado. Se desconoce el origen de tan singular denominación, si bien pudo ser el mismo que el del Chamberí de Madrid que se corresponde con el Chambèry francés. Era muy frecuentado por el personal paseante segoviano. Sucesivamente su titularidad paso por muchas manos. Los últimos años lo regentó la Basy que casó con el escritor Antonio de Santos y al final lo llevó Heliodoro Albarranz.
  • Ventorro de Jauja: El ventorro de Jauja fue implantado por Ángel Martín en la carretera de San Rafael, 12 (hoy Avenida de Juan Carlos I) y se instaló en el primer tercio del siglo pasado. Siempre fue un ventorro de humilde condición que con el tiempo prosperó y hoy día es un acreditado bar y restaurante.

Tengo un buen recuerdo del Ventorro Jauja por haber pasado una velada por los años 60 del siglo pasado con Pepe Tonetti, cuyo nombre era José Villa del Rio payaso y propietario del Circo Atlas. Probablemente la velada más agradable que he pasado en mi vida. Una noche inolvidable.

  • Ventorro del Puente de Hierro: Este ventorro, del cual hoy no queda ni el rabo de las moscas, estuvo situado a la salida de Segovia en la carretera con dirección a Villacastín, y próximo al Puente de Hierro de los ferrocarriles españoles a las afueras de la capital. Se trataba de un local típicamente castellano implantado allá por el siglo XIX que conservó su forma primigenia hasta los años ochenta del siglo pasado, regentado en el siglo XX por el que fue mi buen amigo hasta su muerte Luis Escolar Mateo, llevado a partir del año 1977 por José María Ruiz Benito que lo mantuvo hasta el año 1982. También disponía de un jardín, más bien patio, donde en verano se podía merendar y en él algunas codornices en pepitoria se ha comido el que estas líneas escribe. Por mediados de la década de los años 80 fue derribado construyendo un gran edificio e instalando en sus bajos un local de hostelería con el nombre de Mesón del Puente de Hierro, pero ya no se parece ni por asomo a su antecesor el ventorro. Su situación fue Carretera de Villacastín, 35, 40006-Segovia.
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