El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha tomado de nuevo aire tras el acorralamiento que sufre últimamente en todos los frentes, tras superar ayer una cuestión de confianza en el Senado. Il Cavaliere manifestó su «firme intención» de seguir gobernando hasta el final de la legislatura, en 2013, a pesar de la insistencia de la oposición en pedir su dimisión, y puntualizó que no pretende mantenerse «de por vida» en el poder. «Completaré el programa de Gobierno, llegando hasta el final», indicó.
La comparecencia del mandatario transalpino en la Cámara Baja corresponde al primero de los dos pasos parlamentarios que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, le exigió en mayo tras los cambios en su Ejecutivo y el nombramiento de subsecretarios tránsfugas. El mandatario declaró que «tan solo hay 64 miembros del Gabinete, incluido el primer ministro», por lo que «los nueve subsecretarios» que pretende incluir en sus filas «son necesarios» y recordó que con el Gobierno de Romano Prodi «había más de 100 subsecretarios».
El jefe del partido conservador, que ayer por la mañana consiguió salvar su primer escollo, afirmó que Italia tiene que seguir siendo dirigida por quien ganó las elecciones legislativas de 2008, a pesar de las derrotas en las municipales. «Nadie en Europa ni en el mundo reclama la dimisión del presidente ante los sufragios provinciales. La anomalía es pedirla. Esto es un mero ejercicio de propaganda», comentó. «Los resultados solo pueden hacernos reflexionar», agregó.
Berlusconi afirmó, además, que su intención no es la de continuar en la Presidencia «de por vida» ni ser para siempre el líder de los conservadores, aunque indicó que solo dejará este último cargo cuando pueda legar un «gran partido de centroderecha inspirado en el Partido Popular Europeo».
Il Cavaliere apeló incluso a la responsabilidad para no hacer caer a su Ejecutivo por el «desastre» que ello pudiera suponer para el país en este momento de crisis económica y en el que las agencias de calificación de riesgo tienen a Italia «bajo observación» por su elevado endeudamiento público. «Evitaremos terminar como otros países europeos, que se están desangrando», dijo Berlusconi, quien reivindicó haber puesto a salvo su deuda.
El mandatario consevador presentó además un plan de Gobierno que coincide con las exigencias hechas por sus socios, la Liga Norte (LN), entre ellas «un plan de contracción de los costes y de disminución gradual del contingente» militar en el exterior. Asimismo, el premier, declaró que «no conseguirán nunca» separarle del líder de la LN, Umberto Bossi.
El primer ministro comparecerá de nuevo hoy ante los diputados para afrontar el examen político establecido por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, aunque el Partido Democrático ya ha anunciado que no presentará ninguna moción de censura.
