Necesitaron de la noche para jugar con el trabajo de la Asociación Taurina de La Granja. Cristales rotos, una caja de caudales por abrir y una taquilla de un público que paga por romper estigmas. El precio de horas de esfuerzo y dedicación en manos de ‘gente’ sin alma. La extración del dinero recaudado de la primera novillada de la Feria ‘Judión de oro’ supuso un varapalo económico, y, peor aún, fue un urto a la ilusión. Ni con un crowdfunding se devuelve la confianza al empeño de un grupo de aficionados, cuyo único objetivo era realzar la cultura de los toros en el Real Sitio.
La respuesta de la concurrencia en la tarde del domingo fue un ibuprofeno para mitigar los daños causados. De una forma similar, el arrojo de los novilleros Diego García, que abrió la puerta grande, y José Cabrera, que cortó una oreja, puso en valor las paladas de tiempo que echó la organización.
Oreja, sin acople
Gordo y con morrillo fue el novillo que abrió plaza. Le ganó terreno a Cabrera con el capote y después arremetió en los cuartos traseros del caballo con fuerza, desestabilizando al picador como si fuera el motor de un toro mecánico. El mundo al revés. Tres puyazos sin ningún cuidado, que fueron ciertamente camuflados con la habilidad del almeriense en banderillas. La arrancada sobre las manos marcó toda la lidia y no permitió acoplarse al novillero, que pedía perder pasos. Voluntad de Cabrera ante un astado que no regaló nada. Culminó con un certero espadazo y paseó la primera oreja de la tarde.
Una noria de enganchones
Salió con genio el segundo de Sánchez Arjona, un novillo bien hecho, que se le vino al pecho a García en capote. Recibió un puyazo com criterio y en banderillas echó la cara arriba. No fue fácil en la muleta y la faena fue una noria de enganchones y pases despegados. El minibus llegó a San Ildefonso desde San Sebastián de los Reyes insistió en pedir una oreja y todo quedó en una ovación.
Deslucida lidia al tercero
La lidia al tercero, más largo de cuello y un poco ensillado, fue un despropósito. Cabrera puso el modo ‘suv’ de tocar todos los tercios pero sin ideas claras. De hecho, la falta de lectura se vio traducida en una cogida en banderillas, en un tercio deslucido pese a su arrojo. Se vino arriba el almeriense tras el susto, pero no hubo conjunción al torearlo en ‘modo circunvalación’. De haber tirado más del animal, hubiera sacado su fondo y, aunque firmó un par de pases al final que se acercaron al ‘notable’, la actuación no cogió vuelo.
Un novillo por romper y una puerta grande de autobús
Metió la cara en los burladeros el novillo que cerró plaza y barbeó tablas. Tenía el cuello y el morro de un dragón de komodo. Se propuso desmontar la plaza hasta que vio una muleta por delante. Fue un animal que tenía movilidad y buena condición, con casta, que pedía ligar pases para terminar de romper. Estuvo dispuesto García con él, pero le faltó más confianza y precisión en los toques para que sacara todo su fondo. Aun así, al astado se le dio la vuelta al ruedo. Esta vez el ‘efecto Linecar’ sí tuvo rédito: dos orejas y una puerta grande que, si no cae el segundo trofeo, hubiera dejado una votación más abierta de cara al ganador del ‘Judión de oro’.
Ficha
Plaza de toros de La Granja de San Ildefonso (Segovia). Segunda novillada con picadores de la Feria ‘Judión de oro’. Media entrada. Novillos-toros de Sánchez Arjona, desiguales de presentación y juego. Al cuarto, de nombre ‘Abatido’, se le dio la vuelta al ruedo.
José Cabrera, oreja y vuelta al ruedo.
Diego García, ovación y dos orejas.
