La instalación de ascensores urbanos en determinados puntos de la ciudad no está resultando una tarea fácil para el Ayuntamiento. En su día, la puesta en servicio del elevador que une la calle Gascos con Vía Roma ya generó problemas de funcionamiento en sus primeros días, pero en el caso del construido en el barrio de San José para unir la calle Mónaco con la carretera de Valdevilla las dificultades en su construcción han hecho que las obras no hayan concluido aún y acumulen algo más de un mes de retraso con respecto a la fecha de entrega prevista por la empresa Proforma, adjudicataria de las obras.
La concejalía de Obras comienza ya a perder la paciencia con el desarrollo de este proyecto, cuyo principal problema reside en la construcción de la estructura de cristal y acero de la parte del ascensor que da a Valdevilla, donde la instalación de los paneles de vidrio que rodean la cabina está generando serios inconvenientes.
El responsable del área municipal, Miguel Merino señala que la estructura requiere una serie de anclajes que requieren una medición muy precisa en la zona en la que se unen con el armazón de acero, por lo que “hay que mandar hacer el cristal a medida y traerlo con los agujeros ya hechos para incluir los anclajes, pero el error ha sido en la toma de medida de los anclajes, que la contrata no ha medido bien, porque los cristales tienen las dimensiones correctas”.
Desde la empresa, se han propuesto varias opciones para subsanar el error, pero todas ellas han sido rechazadas por los técnicos municipales, ya que “es un problema de fineza del trabajo de la contrata”, aseguró Merino. “No estamos dispuestos a recibir la obra de cualquier manera –señala el edil-, porque queremos unos acabados dignos y acorde con el proyecto inicialmente aprobado”.
Este problema ha generado un considerable retraso en la entrega de la obra, inicialmente previsto para finales de mayo, por lo que ya acumula algo más de un mes con respecto a la fecha final. Ello ha obligado al Ayuntamiento a ejecutar la cláusula sancionadora incluida en el contrato a través de la apertura a de un expediente que prevé una sanción por penalidad de 200 euros diarios; por lo que la empresa ya acumula una “multa” superior a los 6.000 euros.
