Las complejidades de la pandemia son numerosas y cuando crees conocer algunas de ellas, el coronavirus sorprenden planteando algunas decenas más. Hace año y medio era impensable pronosticar lo que en tan poco tiempo se ha aprendido de vacunas, virología o mascarillas, entre otras.
Uno de estos interrogantes es la distinta afección que provoca entre los enfermos, ya que la dolencia puede llegar a conllevar la muerte pero en una buena cantidad de casos se pasa de forma asintomática.
Una de las más raras y hasta no hace mucho muy desconocida fuera del ámbito sanitario es la Covid persistente, una afección que provoca que el paciente cuente con síntomas de la enfermedad meses después de haber padecido la dolencia y cuando ya no se observa rastro del coronavirus en el cuerpo.
Esta afección nueva y emergente, que se ha descrito con diversos términos, como ‘Covid Persistente’ o ‘Long Covid’ (CP/LC), es un proceso clínico caracterizado por la persistencia de síntomas más allá de las 4-12 semanas tras el contagio por SARS-CoV-2, independientemente de la gravedad de la fase aguda y de que el diagnóstico de la infección haya sido por PDIA o clínico, con una presentación de la sintomatología frecuentemente fluctuante o a modo de brotes generando discapacidad a quien lo padece, sin la existencia de una explicación por una enfermedad subyacente alternativa.
Es conocido que no todos los pacientes se recuperan tras una fase aguda más o menos larga o grave. Se calcula que al menos un 10% de estos pacientes no se reponen completamente y desarrollan síntomas persistentes e incapacitantes tras la infección aguda.
En Segovia, esta dolencia afecta en la actualidad a casi 1.800 personas, según reconoce la Junta, cerca de 24.000 si se atiende al total de Castilla y León.
Sobre los síntomas, hay muchos, pero los más comunes son la falta de aire (disnea), cansancio, tos, malestar general, pérdida del gusto o del olfato, dolores de cabeza y musculares, diarrea, presión en el pecho e incluso algunas afectaciones neurológicas como falta de concentración, fallos de memoria o deterioro cognitivo, por citar sólo algunas.
Ante los números, varios afectados decidieron crear a principios de año el Colectivo de Afectados de Covid-19 persistente, que tiempo después dio lugar al Grupo de Afectados de Covid persistente de Castilla y León.
Una de las componentes, Lorena Gómez, relata las dificultades de las personas que padecen esta enfermedad que todavía está sin “codificar”, lo que provoca que muchos de los dolientes “estén dejados de la mano de Dios”.
En los últimos meses se han dado avances, como el Programa de Atención Integral al paciente con Covid persistente promovido por la Junta en junio. Según Sanidad, esta guía de ayuda a profesionales es una herramienta de excelencia metodológica que nace como respuesta a la necesidad real de un gran número de pacientes afectados en Castilla y León, que han visto su calidad de vida mermada tras la infección, y como apoyo al trabajo coordinado de los profesionales de Sacyl.
“Nos ha alegrado mucho esta nueva guía, pero vamos muy lentos, necesitamos investigación y un seguimiento de la sintomatología”, recuerda Lorena, que aclara que muchas personas “siguen luchando” cada día contra una dolencia que por los números no representa “algo aislado”.
Según las cifras, aunque afecta a todas las edades y sexos, parece ser más común entre mujeres de mediana edad. Sin embargo, también se han dado casos entre niños y jóvenes, por lo que aunque parece ser más frecuente en algunas capas no es exclusivo de ningún grupo social.
En estos momentos, la OMS ya ha declarado la dolencia pero falta que sea codificada, por lo que los profesionales médicos no pueden diagnosticar la Covid persistente, una “laguna” que estos enfermos esperan que pronto se subsane. “Se están dando altas incluso”, señala Lorena, que reclama celeridad a las administraciones dado que “aunque es algo muy nuevo, ya lleva un año entre nosotros”.
“En muchos países ya está declarado, en España de momento vamos por detrás”, indica Lorena, que revela la intención del colectivo en tornarse pronto en asociación para así poder “aumentar la presión” y conseguir cuanto antes que se investigue y codifique.
De momento el colectivo no cuenta con representantes y simplemente entre todos van “haciendo labor” para conseguir que se concrete sus demandas y se inicie la investigación que en estos momentos en España “no es suficiente”.
Por último, desde el grupo aclaran que cada día acuden a ellos nuevas personas que padecen de esta dolencia, por lo que aunque las organizaciones sanitarias consideran que se da en alrededor del 10% de los que han padecido Covid-19, la cifra “podría ser aún mayor”.
