Fue a principios del siglo XX cuando el auge de lo popular invade una poesía que se desembaraza de ornamentos románticos. La Generación del 27 lleva a sus obras la métrica, el tono y la temática de los cantares populares. Antes, habían sido los recopiladores quienes habían realizado una vasta tarea de búsqueda y edición de cancioneros que sacaban del anonimato lo que el pueblo recitaba. También lo haría el guitarrista y dulzainero Agapito Marazuela en los años treinta del pasado siglo en lo referente a melodías (vid.: El Adelantado de Segovia de 27 de agosto de 1930). Por toda España proliferaban libros que daban fe de la inventiva popular. Era la gente llana la que aparecía como sujeto de la lírica de la misma manera que figuraba como protagonista de la intrahistoria unamuniana o de los romances compilados por Menéndez Pidal. Desde luego que influyó en la moda el repliegue español tras el desastre del 98. Este hálito popular alimentó durante décadas la poesía española, desde Antonio Machado a Federico García Lorca, Rafael Alberti o Fernando Villalón, por citar destacados nombres. En Segovia, y por esa época, raro era el poeta que no utilizaba el romance octosílabo o con alejandrinos –generalmente asonantados- para plasmar sus composiciones. Con temática histórica, amorosa o incluso religiosa.
También Segovia tuvo su recopilación de cantares. La realizó Gabriel Mª Vergara
También Segovia tuvo su recopilación de cantares. La realizó Gabriel Mª Vergara. Es un libro hoy raro de encontrar, pero tremendamente significativo en lo que se refiere a las composiciones. Castilla es rica en adagios, refranes y otros decires populares. Muchos tienen carácter sentencioso. Otros son el simple reflejo de aconteceres o de costumbres. Posiblemente, solo Andalucía la iguala en cuanto a repertorio. En ocasiones, las aproximaciones son asombrosas, lo que revela la transmisión entre comunidades de parecido sentir. Así cantaban los andaluces: “La gachí que yo camelo/ se l´antojao una estrella,/ y estoy fabricando un globo/ pa subir ar sielo por ella”. Y en Castilla: «A la mujer que yo adoro/ se le ha antojado una estrella;/ ahora estoy haciendo un globo/ para subir a por ella».
Insisto en que no se puede entender la poesía de los escritores segovianos de la Generación del 20 sin la influencia de estos cantares populares que tan exhaustivamente recopila Gabriel Mª Vergara. Aludía antes al carácter costumbrista de algunos de ellos. Como mañana es San Pedro, cito uno que refleja la costumbre de los novios de ir a la ciudad desde los pueblos cercanos, haciéndose mutuos regalos. “Cuatro cuartos me costó/ la cinta para el pelo;/ aunque me den un doblón/ ni la cambio ni la vendo,/ que me la dio mi amor/ camino de San Pedro,/ cintilla del corazón/ que en el alma la tengo”.
Ficha técnica
Cantares Populares
Gabriel Mª Vergara
Estudio Tipográfico de Fortanet.
Madrid, 1912
