La Convención de Patrimonio Mundial de Unesco decidió ayer declarar Patrimonio de la Humanidad la estación de arte rupestre de Siega Verde en Salamanca, como ampliación de los yacimientos de arte rupestre prehistórico del Valle de Côa, enclave portugués que ya cuenta con este reconocimiento desde 1998. De este modo, la Unesco reconoce el «valor universal excepcional» de este bien en el marco de su XXXIV reunión anual, que se celebra desde el pasado 25 de julio y hasta mañana 3 de agosto en la capital de Brasil.
Castilla y León sigue siendo la Comunidad española con más bienes culturales inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial. Junto al yacimiento de Siega Verde, se encuentra el yacimiento de Las Médulas ubicado en León y el Sitio Arqueológico de Atapuerca en Burgos en la categoría de Zona Arqueológica, además de la Catedral de Burgos, la Ciudad Antigua de Segovia y su Acueducto romano, la Ciudad Antigua de Ávila y sus iglesias de extramuros, la Ciudad Antigua de Salamanca y el Camino de Santiago, recordaron fuentes de la Junta.
El sitio arqueológico de Siega Verde, declarado Bien de Interés Cultural en 1998, se localiza en el extremo occidental de la provincia de Salamanca, en los términos municipales de Castillejo de Martín Viejo, Villar de Argañán y Villar de la Yegua. Los grabados se encuentran en el margen izquierdo del río Águeda, afluente del Duero. Descubierto a finales de los años ochenta, este conjunto de representaciones rupestres ha llegado íntegro hasta la actualidad gracias a su tardío conocimiento y difícil visibilidad.
Arte paleolítico
El yacimiento forma parte, por su continuidad geográfica y científico-tipológica, de un conjunto arqueológico que se extiende al otro lado de la frontera hispano-portuguesa y cuyo enclave más excelente es el yacimiento de Foz Côa. En su conjunto, con características similares y con muchas diferencias, Siega Verde y Foz Côa son en la actualidad los dos sitios decorados con arte paleolítico al aire libre más importantes en Europa Occidental. Las manifestaciones artísticas de Siega Verde, fechadas entre los años 22.000 y 11.000 antes de Cristo, constituyen una muestra excepcional de los primeros ejemplos de creación simbólica y el inicio del desarrollo cultural de la Humanidad, complementando los valores reconocidos en el conjunto del Côa. Ambos enclaves permiten conocer de forma excepcional aspectos sobre las relaciones sociales, económicas y espirituales de los primeros ancestros.
