El CD La Granja ya es de Tercera. Después de varias temporadas jugando en esta categoría, el conjunto granjeño por fin ha entendido que en esta división, como tristemente en la mayoría de las categoría, el fútbol es secundario, porque aquí el espectáculo está en ver la clasificación el día después, y lo que importa es ganar sin importar cómo lo consigas.
Y el CD La Granja lo consiguió ayer gracias a una buena dosis de suerte, la que tuvo Iván a la hora de meter en la portería contraria un balón directamente desde el saque de esquina, gracias también a la actuación de Yiyo, que salvó al equipo granjeño del empate en el tiempo de descuento, y a la racanería que mostró un Numancia B que no tuvo ni un ápice de ambición cuando, con el partido absolutamente controlado en el segundo tiempo, no fue capaz de adelantar sus líneas y dominar el encuentro pese a tener jugadores capacitados para ello.
El equipo local saltó al campo dispuesto a controlar el juego, pero se encontró con un oponente perfectamente situado sobre el irregular césped de El Hospital, que con un centro del campo muy trabajador maniató de manera casi total a los hombres más imaginativos del cuadro de José Luis Fernández. Con Chiqui bien marcado, ni Saúl en la banda izquierda, ni Adrián en la derecha, se veían surtidos de balones en condiciones para encarar a sus marcadores, por lo que David Blázquez apenas encontraba oportunidades de mostrarse cerca del área. El remate más peligroso por parte local lo realizó Saúl en el pico del área pequeña, pero su lanzamiento se marchó desviado en exceso.
Por su parte, el Numancia tuvo su momento de gloria ofensiva con sendos lanzamientos peligrosos de que Yiyo logró que no se convirtieran en gol, sobre todo en el lanzamiento de falta de Gallardo que entraba por toda la escuadra. Tras estos dos chispazos ofensivos que se produjeron antes de cumplirse el minuto 20 de encuentro, el resto del juego transcurrió en el centro del campo, con las defensas imponiéndose a los ataques, y las imprecisiones en ambos conjuntos marcando la pauta.
El descanso no contribuyó a aclarar las ideas al equipo de casa que, lejos de mejorar en su juego, empeoró bastante más, con las líneas separadas en exceso y sin fluidez en su juego. Ello comenzó a dar más opciones de llegada al Numancia B, que sin embargo desperdició muchas de ellas por el empeño en sus jugadores de rematar desde la frontal (o bastante más lejos) en lugar de profundizar un poco más aprovechando su calidad técnica.
El partido se metía de esta manera en una dinámica peligrosa para el conjunto granjeño, con poco juego en el centro del campo y la defensa pasando por ciertos apuros, con Pluma empeñado en despejarlo todo en largo en lugar de entregar el esférico a un compañero para iniciar la jugada. Si en ese momento el Numancia B hubiera apostado por ir a por el partido, es más que posible que se lo hubiera llevado, pero…
Pero el equipo que entrena Fran Valero apostó por no cambiar nada y esperar una ocasión que no llegaba para marcar, así que quien sí movió ficha fue José Luis Fernández, que visto que su equipo no creaba fútbol combinativo, apostó claramente por el juego directo dando entrada a Iván por Chiqui, acercando de esta manera a Saúl hasta el borde del área para pelear junto a David Blázquez todos los balones colgados.
La apuesta granjeña hizo entrar al encuentro en un escenario diferente, y el Numancia B comenzó a pasar por ciertos problemas a la hora de defender los balones perpendiculares al área. En uno de ellos Saúl no llegó por poco a la dejada de David, y poco después Miki sacaba a Iván un remate que ya se colaba en la meta soriana.
En el córner posterior, Iván lanzó al segundo palo, el balón se envenenó fruto de la rosca y del viento, para terminar golpeando en la parte interior de los soportes de la portería de Alberto. Como quiera que el portero acabó con el esférico en sus manos, los jugadores sorianos protestaron al árbitro que el balón no había entrado, pero el asistente lo vio claro, y la acción terminó con 1-0 y un jugador visitante expulsado por excederse en sus protestas.
El arreón final del Numancia B no tuvo más consecuencias gracias a que Yiyo estuvo atento al desviar un remate de cabeza de Miki. Al final, el CD La Granja se llevó los tres puntos no a base de jugar bien, pero sí de ser muy efectivo. Y eso, en fútbol, es oro.
