Distendido y hablador como pocas veces, el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, comentó ayer en una entrevista radiofónica que «hay un jugador del Madrid» que le «encantaría» que formase parte de la disciplina ‘culé’, aunque no se atrevió a dar el nombre «para no montar un circo». Además, defendió que el club azulgrana «jamás será usado como arma político», aunque defendió la catalanidad de la entidad.
Cuestionado por el clásico de Copa, el dirigente explicó que, aunque «no le quita el sueño», sí le pone «tenso» la entidad del rival. Precisamente, a continuación desveló su que le encantaría contar con uno de los futbolistas blancos en su plantilla. «No lo voy a decir, tengo uno que me encanta, pero montaríamos un circo», explicó Rosell.
Sobre la Liga, no ocultó que la primera vuelta del campeonato realizada por su equipo ha sido «histórica», y alabó el «excelente» trabajo del entrenador, Tito Vilanova, y la plantilla, aunque admitió que echa de menos a Guardiola. «Para nosotros Pep y el Barça son un binomio del que se hablará durante muchos años. Pero la vida continúa. Claro que todo el mundo le echa en falta», afirmó, antes de asegurar que si el extécnico ‘culé’ se presentase a las elecciones del club, «le votaría, porque me encantaría como presidente».
Por otro lado, el mandatario azulgrana dio como favorita a la selección española en el Mundial de Brasil. «A mí no me gusta apostar, pero si tuviera que hacerlo apostaría sin duda por ella. Es la más fuerte que hay, la más organizada, la que tiene más claro su sistema y, por lo que conozco, la relación con los jugadores es excelente», manifestó.
Rosell no rehusó los temas políticos, a pesar de que varias polémicas durante su presidencia en el club han llegado por cuestiones de ese ámbito. Así, el dirigente afirmó que el Barça «jamás será usado como arma política, aunque definió al club como «catalán y catalanista». Aun así, recalcó «la apertura de pensamiento» de la entidad, y recordó que «todo el mundo será bienvenido mientras entienda lo que es el Barça y la idiosincrasia del club».
Asimismo, hizo hincapié en que proseguirá con su política de austeridad «radical» para reducir aún más la deuda actual del Barcelona, que está cuantificada en unos 300 millones de euros. Rosell explicó que, cuando llegó a la Presidencia en 2010, la ‘caja’, tenía déficit de 350 millones de euros y se debía dinero a los jugadores.
