Cuando se decide ir al ataque, se corre el riesgo de sufrir un contragolpe, y más si uno no se guarda bien las espaldas. Jugar al ataque no siempre es sinónimo de victoria. Y sino, que se lo digan a la selección española cuando perdió su primer partido del mundial de Sudáfrica contra Suiza. Al contraataque también se gana, aunque algunos vean aquí el anti-fútbol.
Ante el ataque directo del PP, el Gobierno municipal utilizó ayer la estrategia del ‘contraataque’ y cosechó más rédito del esperado, al ponerse en evidencia que la herida de división interna en el grupo municipal del PP aún no ha cicatrizado.
La oposición solo presentó ayer una moción. En una sesión de puro trámite, la iniciativa del PP estaba llamada a atraer toda la atención mediática. Los populares querían que el pleno exigiera al concejal socialista Javier Arranz, que asumiera su responsabilidad política y entregara su acta de concejal por “haber permitido o no haber evitado” que el Ayuntamiento promoviera el polémico CD que incluye una canción con insultos al Rey.
Tras pedir disculpas a la Casa Real, retirar el CD y poner el caso en conocimiento del Ministerio Fiscal, ante un presunto delito de injurias por parte de los autores de la canción, el alcalde, Pedro Arahuetes, ya había dado por zanjado el asunto, tras aceptar la renuncia de Arranz a dirigir la Concejalía de Juventud y mantener la dirección de Deportes.
Con estos precedentes, era más que evidente que el equipo de Gobierno iba a arropar a Arranz. Dada la trascendencia de la petición del grupo popular, la moción exigía, según el Reglamento de la cámara, una votación secreta, mediante una urna en la que, uno a uno, los concejales fueron depositando su voto. Los socialistas cerraron filas y todos dijeron “no” a la moción. Pero en el PP se rompió la disciplina de voto y dos concejales emitieron un voto en blanco; es decir, no respaldaron la propuesta del grupo, para malestar, bien disimulado, de la “entrenadora”, la portavoz popular, Beatriz Escudero. El PP tenía argumentos para poner fútbol, pero sufrió un ‘gol’ a contragolpe y en propia puerta.
Escudero había delegado en el viceportavoz del grupo, Miguel Ángel Antona, la defensa de la moción del PP. Antona realizó una larga y pausada exposición en la que tachó de «impresentable e inmoral» que el edil hubiera culpado del error de no revisar el contenido del CD a un funcionario. El viceportavoz llegó a leer parte de la canción para poner de manifiesto la gravedad de los insultos de la canción “Una historia real”, habló de la “mala imagen” que se había proyectado de Segovia con el escándalo y cómo había sido “desacertada” la reacción de Arranz cuando, en un primer momento, apeló a la ‘libertad de expresión’ para no asumir sus responsabilidades.
ERROR GRAVE
Antona también hizo referencia a que los juzgados habían archivado dos denuncias de Arranz contra dos concejales del PP y el grupo popular, aunque la Fiscalía de la Audiencia Nacional mantenías abiertas diligencias contra los autores y promotores del CD por un presunto delito de injurias. “Cuando se comete un error de esta gravedad, hay que asumir responsabilidades, si se hubiera actuado con rapidez, hubiera sido bueno para todos”, recalcó.
Si de un partido de fútbol se tratara, la exposición de Antona fue de tiqui-taca, y la réplica de Arranz fue de contragolpe contundente y profundo, cargando con dureza contra Escudero. En su réplica, Arranz, subrayó hasta en tres ocasiones, su «máximo respeto y lealtad al Jefe del Estado y al resto de los españoles».Pero también aprovechó para explicar su versión de los hechos. “Solo la ha interesado manchar el nombre de Segovia, con lo que nos jugamos con 2016, y la de este alcalde… por cierto, usted quiere ser alcaldesa.. no le llega ni a la suela del zapato a Pedro Arahuetes”, dijo. Y añadió: Se ha pedido perdón a la Casa Real y a los segovianos por este error en cadena de supervisión y se han asumido responsabilidades políticas”, añadió Arranz, quien llegó a apuntar que “en los actos públicos hay gente que ya ni quiere saludarla, entre otros muchos compañeros suyos de partido que lógicamente no la pueden ni ver”.
Tras el debate llegó la primera de las sorpresas. En una estrategia de juego marcada con anterioridad en la pizarra del vestuario, el Gobierno municipal argumentó que, dada las características de la petición, y según el artículo 97 del Reglamento Orgánico del Ayuntamiento, la iniciativa debía someterse a votación secreta mediante una urna.
Como era previsible, 13 votos rechazaban la moción, correspondientes a los miembros del grupo socialista. El resto eran, en buena lógica, votos procedentes de los escaños del PP. Con la ausencia del concejal Pablo Pérez, la oposición contaba con 11 votos; de los que 9 fueron a favor de la moción y 2 en blanco. El resultado provocó caras de asombro.
MOCIÓN DE URGENCIA Y fue entonces cuando los socialistas lanzaron su contraataque. El PSOE presentó una moción de urgencia para pedir, en los mismos términos que la anterior iniciativa del PP, que la portavoz del PP, Beatriz Escudero, devolviera su acta de concejal y asumiera sus responsabilidades políticas por ausentarse si notificarlo previamente en un pleno de agosto de 2008 y «mentir» sobre las causas de su ausencia. Escudero fue entonces sancionada con una multa simbólica de dos euros, una sanción que recurrió sin éxito ante los tribunales.
«Esta moción no debió plantearse nunca, pero lo hacemos para que hagan examen de conciencia y demostrar que lo que ustedes exigen no lo llevan a la práctica», comentó el alcalde, Pedro Arahuetes.
De la misma forma, la votación fue secreta, aunque, en esta oportunidad, no hubo sorpresas, para alivio de Escudero. Los 13 ediles del PSOE votaron a favor y los 11 del PP en contra.
Los fantasmas de las discrepancias internas vuelven al PP, que fue víctima del juego de contraataque y de un equipo sin total cohesión. Esperemos que a la selección española no le ocurra lo mismo el próximo sábado. Porque ya sabemos que Paraguay juega al contragolpe.
