Quizás seamos reiterativos cuando se habla del grave problema de salud que se está presentando actualmente entre los más jóvenes. Las tasas de sobrepeso y obesidad aumentan de una manera alarmante. La falta de actividad física y los malos hábitos nutricionales son algunas de las causas que inciden en esta grave situación. Además, la pandemia ha paralizado algunas de las propuestas deportivas y recreativas que eran habituales entre este grupo de población.
Ante esta alarma no queda otra que buscar soluciones. Desde el ámbito sanitario se debería dar más información sobre las consecuencias de ciertas enfermedades provocadas por la ausencia de actividad física. Desde el institucional, habría que apostar de manera decidida por facilitar el uso de las instalaciones y promover actividades atractivas y asequibles para que participe el mayor número de ciudadanos. Y desde el educativo, ayudar a crear buenos hábitos y rutinas.
Desde el ámbito sanitario se debería dar más información sobre las consecuencias de ciertas enfermedades provocadas por la ausencia de actividad física
Por esta razón es muy interesante promover el aprendizaje servicio como un método que adquiere un compromiso con la sociedad. Los participantes, pueden ser los maestros en ejercicio, los que están en formación, las familias o los propios alumnos; adquieren el compromiso de enseñar a otras personas a realizar algunas actividades físicas. Acompañar y planificar durante unas semanas algunas prácticas como andar, correr, montar en bicicleta o realizar algunos ejercicios de fuerza puede provocar en personas inactivas un interés por la práctica física. De este modo, todos contribuiremos a que los ciudadanos sean más sanos y comprendan los riesgos de ser sedentarios. Ayudar a los otros es uno de los métodos de aprendizaje más eficaces.
